La industria de la flor ornamental del sector funerario tiene un importante impacto ambiental así como los complementos plásticos tóxicos y metales para dar forma a las coronas funerarias.
Históricamente los ornamentos florales han estado ligados a los funerales por razones prácticas ya que servían para atenuar posibles olores.
En la actualidad su presencia ha derivado a convertirse en un tributo que sirva para homenajear al difunto. En la cultura cristiana la corona o la cruz floral son las más comunes.
En otros países con más tradición floral los arreglos pueden ser más artísticos, pero también pueden ser más austeros.
Detrás de los ornamentos florales funerarios hay toda una industria intensiva en recursos naturales que va desde los agroquímicos del cultivo hasta la conservación refrigerada y los complementos plásticos tóxicos para dar forma a coronas y otros arreglos.
Hay que repensar hasta que punto los ornamentos de flor cultivada cortada, sirven para un funeral natural y a la idea de la simplicidad en la ceremonia funeraria.
Rechazar este tipo de arreglos florales con complementos plásticos para sujetar las flores evita un gran número de tóxicos en la naturaleza.
Despedir las personas que han fallecido con flores es una práctica generalizada que se remonta a la antigüedad cuando los muertos se exponían durante días para ser velados a la intemperie.
Los arreglos florales servían para minimizar los olores del inicio de la descomposición, especialmente en épocas de calor. Para enmascarar estos hedores también se quemaba incienso y la persona fallecida se cubría con todo tipo de flores, lo cual aromatizaba el ambiente y hacia más agradable velar al difunto.
Hoy los velatorios han cambiado radicalmente pues los difuntos se exhiben en cámaras refrigeradas. Sin embargo, las flores continúan estando presentes en los funerales a modo de ornamento y también como ofrenda de los seres queridos.
La variedad de ornamentos florales diseñados para servicios funerarios es amplia. Las floristerías de los servicios funerarios permiten elegir entre rosas, rojas y blancas, claveles rojos y blancos y flores variadas, como margaritas, crisantemos y lirios, entre otras, además de todo tipo de composición, ya sea en forma de centros, coronas o cruces.
Existen ornamentos florales capaces de satisfacer a los familiares más exigentes. Lo que se nos escapa a menudo es el impacto ambiental que hay detrás de este sencillo gesto de depositar una corona floral a los pies de un féretro.
1. Dos terceras partes de la flor cortada u ornamental que se importa en España proviene de países lejanos. En el sector funerario, rosas y claveles (principalmente de Ecuador y Colombia) y crisantemos (Sudáfrica) son los más demandados. En cambio, gladíolos, lilium u otras flores más exóticas, como la strelitzia y phalaenopsis, provienen sobretodo de países europeos, especialmente Holanda. Todas estas flores llegan a nuestro país por vía aérea. Por tanto, la importación de flores ornamentales contribuye al calentamiento global de la atmósfera.
2. Todas las flores cultivadas cuando son cosechadas se rocían con un cóctel tóxico de fungicidas, insecticidas y herbicidas para mantenerlas en buen estado.
3. La distancia promedio recorrida por las flores ornamentales entre el lugar de cultivo y el de consumo se estima que es de unos 12.000 km contando distintos medios de transporte (camión y avión comercial con cámara frigorífica) para llegar a su destino final.
El cálculo orientativo de las emisiones de gases con efecto invernadero (GEI) del transporte de estos productos florales alcanzaría un total agrupado de emisiones de 224,9 toneladas de CO2 por transporte, atendiendo a la media de los recorridos que realizan las flores ornamentales para llegar a nuestro país.
4. El almacenamiento y transporte de la flor cortada siempre exige refrigeración lo cual significa consumo energético que contribuye al efecto invernadero.
5. En los ornamentos florales funerarios se emplean estructuras de metal y/o plástico (especialmente espumas o plásticos expandidos altamente tóxicos) para darles forma y cohesión, esto afecta especialmente a las coronas y centros o cruces para difuntos.
La espuma contiene sulfatos de bario, formaldehído y negro de carbono que son tóxicos. Algunos de estos elementos se reconocen como potencialmente cancerígenos. Si estos residuos terminan en incineradoras su combustión puede liberar compuestos orgánicos tóxicos (COVs).
6. Todos los residuos plásticos y los alambres en los centros y coronas se convierten en residuos no valorizables en los cementerios ya que es muy difícil separar estas estructuras de la parte vegetal orgánica que sí que de estar limpia sería biodegradable o compostable.
Un funeral natural, si escoge ornamentos florales estos se basan en flores silvestres locales ya sean frescas y secas o bien con flores de jardinería con certificado de producción ecológica y provenientes de plantaciones locales.
Para las sujeciones de los ornamentos florales se emplean latiguillos o cordeles u otros elementos de origen vegetal o biodegradable.
El uso de flores silvestres de temporada tiene preferencia ya que de este modo la ceremonia, sincroniza la despedida del difunto con los ciclos de la naturaleza.
El uso de las flores silvestres locales evitan el trasiego del transporte asociado a las flores ornamentales importadas.
Existen sellos o certificaciones que garantizan criterios ambientales tales como el empleo de técnicas de la agricultura ecológica en el cultivo de planta ornamental para minimizar el potente impacto del uso de agroquímicos habitual en este sector de la flor ornamental.
Certificaciones para flores ornamentales
Las ecoetiquetas o certificaciones ecológicas garantizan que la flor de corte ornamental se cultiva y procesa con criterios de sostenibilidad.
Las certificaciones de flor ornamental cortada más conocidas son Florverde, Fairtrade Flowers, Rainforest Alliance y Veriflora.
En los países anglosajones los funerales naturales son con ornamentos florales sin espumas, alambres, celofán o plásticos.
En un funeral natural se utilizan materiales que son completamente biodegradables y ecológicamente sólidos como los cordeles y sujeciones de sauce, yute o cornejo y ligadas con ramitas de árboles de hoja perenne.
Todos estos elementos naturales no están reñidos con la elegancia de los diseños de flores y hojas naturales, que por supuesto son estacionales y cultivadas o recolectadas localmente.
Para evitar el impacto ambiental de las coronas florales funerarias convencionales, la empresa Limbo Europa ha diseñado una corona de planta viva que se pueda dividir y repartir a modo de recordatorio para entregar a los presentes después del funeral: es la llamada corona The Green Memory.
The Green Memory es una estructura en forma de corona que permite colocar tiestos ensamblados con planta viva. Estos tiestos con planta viva en flor, además de su misión ornamental en la ceremonia funeraria se transforman en dieciséis macetas de plantas viva para donar a los familiares y amigos.
Esta corona de planta viva, más allá de la belleza de su diseño, también permite una gran variedad de combinaciones de flores e incluso de formas y de este modo es capaz de cumplir con creces su función memorial y por supuesto ornamental. Tiene un coste similar al de una corona tradicional de flor cortada
Su montaje en la floristería es muy rápido ya que basta con encajar las macetas con la planta viva en el aro plástico que las soporta (la extracción de las macetas de la corona también se hace de manera sencilla). Al final de la ceremonia de despedida en el tanatorio, en el cementerio, o en cualquier momento, basta con extraer las macetas y repartirlas entre las personas que se aprecie.