La KOFFIE fue una urna cineraria que nació en 2019 con la voluntad de contribuir a la reducción de residuos que produce nuestra sociedad.
Lamentablemente, el boicot de la industria funeraria no facilitó su supervivencia y se dejó de comercializar a principios del 2024. Pero sigue siendo una magnífica idea que hay que recordar.
La iniciativa surgió de una cooperativa social denominada Ecoinvéntame ubicada en la Alginet (Comunidad Valenciana) quién a partir de un residuo doméstico fabrica un nuevo producto totalmente biodegradable y reciclable para uso funerario.
El producto base de la urna cineraria, creada por esta cooperativa, era el poso del café, este residuo orgánico que se produce sobretodo en bares y restaurantes.
La belleza de la Koffie radicaba en esta peculiar forma troncocónica que escapa al diseño más convencional de urna "vasija".
Pero el logro de la Cooperativa Ecoinventame fue haber conseguido una mezcla orgánica reciclable, cuya base era el poso del café y con la que obtuvieron una materia prima moldeable y biosoluble.
Eso permitía que la Koffie pudiera emplearse tanto para depositar cenizas en aguas marinas o continentales. Las pruebas de laboratorio del Instituto de Tecnología de Materiales de la Universidad Politécnica de Valencia así lo atestiguan.
En condiciones marinas simuladas, las muestras se desintegraron en un periodo de 150 minutos, a través de un proceso progresivo de erosión. En el medio terrestre, con la humedad presente en el suelo, se desintegran entre los dos y tres meses.
Evidentemente, esta urna también podía servir de recipiente para que con una mezcla de las cenizas y tierra vegetal se pudiera plantarse un árbol. De esta forma, a medida que el árbol crezca la urna se va integrando en la tierra de forma totalmente orgánica.
La Koffie tenía inicialmente una capacidad para 1,2 litros de cenizas y un peso de 950 gramos, apta como relicario o para las cenizas de mascotas.
El modelo de 3,5 a 4 litros para la recepción de las cenizas humanas tal cómo se entregan en el crematorio estaba en estudio. Con la urna que se comercializaba se suministraba una bolsita de algodón orgánico para sustituir la bolsa de plástico que entregan en los crematorios.
El cierre de la urna era de piel confeccionada artesanalmente (se ofrecía en diferentes colores) lo cual le otorgaba una peculiar estética y una gran personalidad para albergar las cenizas del ser querido. También se fabrica el cierre con piel vegana (a partir del biomaterial Squeez The Orange, en base a piel de naranja).
En España, la mayor parte de los productos fúnebres están sólo disponibles en las empresas funerarias que actúan como oligopolio. Supuestamente debería existir el libre mercado, pero no es así en el sector funerario.
La Koffie era una urna que se podía comprar online. Recordemos que el negocio de los operadores funerarios se basa precisamente en multiplicar por diez o más el precio de urnas y ataúdes.
Sus creadoras, Amparo y Ana, desde la cooperativa Ecoinventame, apostaron por crear un producto alternativo, tanto en concepto como en proceso.
Utilizaban materias primas recicladas y de bajo impacto energético. Tampoco quisieron ser parte del abuso funerario especulativo actual.
La materia prima, el poso del café, la obtenían de bares locales. En un año, con sólo dos bares de la zona recogieron mil kilos de poso de café. Esta cifra nos da una idea de la bondad ecológica de la Koffie.
El precio justo es lo que el usuario final pagaba (sobre unos trescientos euros). Un precio que permitía también a la cooperativa mantener el resto de labores sociales que llevaban a cabo en la zona.
La Koffie fue una urna alternativa ecológica y solidaria con la economía social; un producto diseñado desde la luz, con un concepto de ecología profunda.
