Ciudad de los muertos
DAVID PADILLA, tanatopractor; DANIEL DEL TORO, enterrador; MANUELA RÍOS, limpiadora; BIEL TORRES, vigilante; JAUME CLAR, jardinero; SERGIO BUSQUETS, tanatopractor; JOSÉ ROJANO, agente comercial; JOSÉ LUIS GONZÁLEZ, responsable del horno crematorio; JUANITO AROCA, enterrador; MOHAMMED CHAIDI, jardinero.
La ciutat dels morts es un discurso sobre la muerte narrado por los vivos que han aprendido a convivir con ella. La muerte continúa siendo un tabú que provoca a partes iguales incomodidad y fascinación, miedo y curiosidad. Sin embargo, hay personas que se enfrentan a ella cada día en su trabajo, y que han encontrado otra manera de entenderla y sobrellevarla. A través de situaciones reales y cotidianas, nos acercamos a una realidad desconocida, vivida en primera persona por los habitantes de la ciudad de los muertos.
El cementerio y el tanatorio de Palma constituyen el escenario de esta historia, contada a partir del día a día de sus trabajadores. La ciudad de los muertos retrata, a partir de situaciones reales, espontáneas y cotidianas, un espacio singular en el que paradójicamente aprender a morir es también una lección para aprender a vivir. En este documental, los vivos reflexionan sobre la muerte, mientras los muertos nos guían también, a su manera, hacia un buen morir.
El mérito de este documental radica en haber convertido a los trabajadores del servicio funerario en los protagonistas ya que es a través de ellos que nos adentramos a una realidad que se nos escapa ya sea por el miedo que tenemos a la muerte o porqué es un servicio que cuando lo demandamos ya no lo vemos.
Un documental de muerte
El director, Miguel Eek (1982-) reconocía cómo motivación para rodar esta propuesta que "Durante los últimos años he visitado varios tanatorios para despedir a familiares y conocidos. Frecuentemente, y ante mi sorpresa, el fallecido no era el protagonista. Allí no se hablaba de la muerte ni del muerto, sino de cualquier otro tema más agradable y conocido. En una sociedad apresurada, en que prevalece la juventud y el éxito, la muerte sigue siendo un tabú que genera una curiosidad silenciada en forma de sentimientos opuestos. Como espacios de muerte, el cementerio y el tanatorio también provocan reacciones contradictorias: fascinación y, a la vez, prejuicios e inquietudes. Son lugares denostados pero también poéticos. Este documental se pregunta cómo relacionarnos con esta fase tan fascinante de la vida, a quienes tratan diariamente con ella".
La propuesta cinematográfica tiene como particularidad su exhaustividad pues el rodaje fue a lo largo de un año. Además el guion sigue aspectos que aunque puedan parecer anecdóticos son imprescindibles para comprender la globalidad del servicio funerario: desde los jardineros hasta las mujeres de la limpieza, pasando por los trabajadores especializados en el oficio funerario, como el tanatopractor, sin descartar otros que conllevan una importante entereza personal como el enterrador o el responsable del horno crematorio.
El rodaje se puso en marcha en junio 2017 estuvo en activo durante un año. Desde entonces el equipo compartió el día a día de los protagonistas en su trabajo.
Este documental se estrenó mundialmente en el festival FIPADOC, en Biarritz (Francia), el 24 de enero 2019, y aunque seguirá su trayectoria por otros festivales, estará disponible para ser visionado para el público en la plataforma Filmin a partir del 5 de julio 2019.
El documental está rodado en lengua castellana y catalana y está disponible con subtítulos en inglés y francés. El cartel de difusión es obra del diseñador Eduard Bagur (1977 -).
El cementerio de Palma
El cementerio de Palma fue inaugurado el 24 de marzo de 1821, aunque los primeros entierros de los que hay constancia fueron a partir del año 1826, en lo que es la pared de la circunferencia, en el conocido como sector segundo.
Un espacio en el que el documental ha encontrado una mirada particular. El diseño actual se debe al arquitecto, Gaspar Bennazar, quién le dio el carácter de jardín de paseo que tiene el sector primero del cementerio de Palma, equiparable al mejor urbanismo modernista de los principios del siglo veinte.
Es una obra en la que se define un gran paseo, con vías anchas, y que deja de lado los entierros acumulados y masivos que se celebraron en todo el sector segundo, el más antiguo. La ampliación con el sector segundo tan particular se terminó en 1938.