El compostaje humano está demostrando ser un proceso post mortem limpio, ecológico, barato y respetuoso. Sólo está autorizado en algunos estados de Estados Unidos y en Alemania.

Es una opción para despedirse y honrar a la vida y de mínima huella ecológica que debería autorizarse como tratamiento post mortem, al igual que la incineración o la inhumación.

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