Los cementerios deberían convertirse en espacios memoriales verdes para el enterramiento natural y para albergar el humus de las personas que hayan escogido el proceso del compostaje humano.

Esta visión no sólo permite la conservación de determinados espacios naturales, también facilita que nos despojemos de la mala costumbre de querer apropiarnos físicamente de la tierra incluso como cadáveres.