La muerte perinatal todavía no tiene el reconocimiento social que se merece. Cada vez más ayuntamientos se suman a la iniciativa de ofrecer espacios de memoria colectiva para estas pérdidas de hijas/os efímeros/as.
Cuando el nacimiento en realidad es una muerte, este se convierte en una realidad dolorosa. El duelo por la muerte perinatal es difícil de afrontar y para la que no hay protocolos sanitarios para atenderla ni para gestionarlo