La memoria de la lavanda es un como emotivo diario para navegar en las aguas del duelo, fruto de la propia experiencia vivida por la autora, la periodista y escritora Reyes Monforte, quién en 2013 perdió a su esposo, el conocido actor Pepe Sancho.
Valiéndose de su propia experiencia sobre cómo gestionar el duelo por la muerte de un ser amado, la novela nos sumerge en una historia tremendamente vivencial.
Nadie nos prepara para la pérdida, no sabemos cómo afrontar el dolor, en el colegio no nos enseñan qué decir en un velatorio, hablar de la muerte de un ser querido sigue siendo un tabú.
Esta novela también nos propone romper con este tabú y estas formas de cordialidad social que impiden la sinceridad ante la dura experiencia de la pérdida de un ser amado.
Sin embargo, cómo afirma la autora "La memoria de la lavanda no es un libro triste pues aunque nace de una circunstancia triste, es un libro lleno de amor, esperanza e incluso con toques de humor. El negro del luto de Lena se convierte en el color lavanda de la vida. Este es un poco el mensaje".
Reyes Monforte se enfrenta cara a cara con la muerte y el duelo a través de la emotiva historia de Lena, una fotógrafa que ha perdido a Jonas, su marido, un prestigioso cardiólogo, y ha visto cómo su mundo se ha desmoronado de la noche a la mañana.
Encerrada en casa, incapaz de coger la cámara de fotos, no encuentra fuerzas para cumplir la última voluntad de Jonas: esparcir sus cenizas por los campos de lavanda de Tármino, su pueblo natal en la Alcarria. Con la ayuda de Carla, su mejor amiga, Lena se atreverá a emprender ese viaje. En Tármino entrará en contacto con los amigos y la familia de su amor fallecido, resurgirán cálidos afectos, se despertarán viejos rencores y se revelarán antiguos secretos que darán una nueva perspectiva a nuestra heroína sobre las razones para recuperar la esperanza.
La memoria de la lavanda, es también el viaje interior de su protagonista hacia la aceptación, la nostalgia por el recuerdo y el renacer del amor.
Más allá de la interesante, entretenida y a veces estremecedora historia, el libro es un manual para afrontar una pérdida, pero sobretodo es un canto a lo mejor que nos puede ofrecer la vida: amar y ser amado. La voluntad de Jonas de que esparcieran las cenizas en los campos de lavanda del corazón de la Alcarria abre las puertas no sólo a los afectos de sus amigos sino también de los odios aletargados.
Coincidiendo con el Festival de la Lavanda, la protagonista recordará su historia de amor con Jonas y todo lo que se llevó consigo, reforzará lazos de amistad y desvelará secretos familiares escondidos durante demasiado tiempo. Lena deberá también lidiar con la presencia amenazante de su cuñado Marco, un hombre envidioso y mezquino que no está dispuesto a respetar su duelo.
Aunque el pueblo de la novela es ficticio, en realidad está inspirado la floración de los campos de lavanda en Brihuega, en Guadalajara, un pueblo especializado en el cultivo de esta planta aromática.