La negación de la muerte
La negación de la muerte es la culminación de una vida de trabajo publicado en 1973 y que fue galardonada con el premio Pulitzer póstumo en 1974 dos meses después que falleciera. Es más que un libro, es una brillante y apasionada respuesta al “por qué” de la existencia humana.
En fuerte contraste con la predominante escuela freudiana de pensamiento, Ernest Becker (1924 – 1974) aborda el problema de la mentira vital: el rechazo del hombre a admitir su propia mortalidad. Al hacerlo, este antropólogo norteamericano arroja nueva luz sobre la naturaleza de la humanidad y emite una llamada a la vida. Cómo afirmó Elizabeth Kuebler-Ross sobre este libro: "Restaura lo que otros han descuartizado e inutilizado".
Es una de esas raras obras maestras que estimularán tu pensamiento, tu curiosidad intelectual tu alma.» y que Salvador Paniker remató con «Una obra que explica una represión mucho más primaria que la de la sexualidad.»
La premisa básica de la negación de la muerte es que la civilización humana es, en última instancia, un elaborado mecanismo de defensa simbólica contra el conocimiento de nuestra mortalidad, que a su vez actúa como la respuesta emocional e intelectual a nuestro mecanismo de supervivencia básica.
Becker sostiene que una dualidad básica en la vida humana existe entre el mundo físico de los objetos y el mundo simbólico de significado humano. Así, como el hombre tiene una naturaleza dual que consiste en un cuerpo físico y un yo simbólico, es capaz de trascender el dilema de la mortalidad a través del heroísmo, un concepto que implica su mitad simbólica.
Al embarcarse en lo que Becker refiere como un "proyecto de inmortalidad" (o causa sui), en el que se crea o se convierte en parte de algo que, siente, durará para siempre, el hombre siente que se ha vuelto heroico y, a partir de entonces, parte de algo eterno; algo que nunca morirá, en comparación con su cuerpo físico que un día morirá. Esto, a su vez, le da al hombre la sensación de que su vida tiene sentido; un propósito; significado en el gran esquema de las cosas.
Una obra imprescindible para estudiosos de la muerte desde todas las perspectivas
A partir de esta premisa, Becker sostiene que la enfermedad mental es más perspicazmente extrapolada como una falla en nuestro sistema de héroes. Cuando alguien está pasando por una depresión, su causa sui (o proyecto de heroísmo) está fallando, y está siendo recordada constantemente su mortalidad y su insignificancia como resultado.
La esquizofrenia es un paso más allá de la depresión, en el que la causa sui propia está cayéndose a pedazos, haciendo imposible generar suficientes mecanismos de defensa en contra de su mortalidad, a partir de entonces, el esquizofrénico tiene que crear su propia realidad o "mundo" en el que, creen, son mejores héroes.
Becker sostiene que el conflicto entre los proyectos de inmortalidad que se contradicen entre sí (sobre todo en la religión) es la fuente de la destrucción y la miseria en el mundo causada por las guerras, la intolerancia, el genocidio, el racismo, el nacionalismo, y así sucesivamente, ya que un proyecto de inmortalidad que contradice otros indirectamente sugiere que están equivocados: "Este es el terror: haber emergido de la nada, tener un nombre, conciencia de sí mismo, sentimientos internos profundos, un insoportable anhelo interior de vida y autoexpresión, y con todo esto aún hay que morir".
Otro tema recurrente en todo el libro es que los sistemas de héroes tradicionales, por ejemplo, la religión, ya no son convincentes en la edad de la razón; la ciencia está tratando de resolver el problema del hombre, algo que Becker siente, nunca podrá hacer.
La muerte y el miedo animal
El libro afirma que necesitamos nuevas ilusiones convincentes que nos permitan sentirnos heroicos en el gran esquema de cosas. Becker, sin embargo, no proporciona una respuesta definitiva, sobre todo porque cree que no hay ninguna solución perfecta. En cambio, espera que el conocimiento gradual de las motivaciones innatas del hombre puedan contribuir a lograr un mundo mejor.
La idea de la muerte, el miedo que ocasiona, acosa al animal humano como ninguna otra cosa. Es causa principal de la actividad humana, diseñada, en su mayor parte, para evitar la fatalidad de la muerte, para superarla negando de algún modo que es el destino final de la persona.
La muerte y el miedo a la muerte (…) Este es el estrato de nuestra verdad y de nuestra ansiedad animal básica, el terror que llevamos con nosotros en el fondo de nuestro corazón. ¿Qué solución puede tener esto? Evidentemente, el ser humano actual no puede encontrar solución material a la muerte.
Becker, como otros pensadores, considera que el no saber afrontar esta cuestión ha supuesto uno de los mayores obstáculos para el desarrollo de una vida humana plena y enriquecedora.