La peor parte. Memorias de amor, no es una autobiografía, aunque contiene «la mejor y la peor parte» de la vida del autor. Es un libro escrito para guardar la memoria de una persona amada, Sara Torres Marrero, conocida como Pelo Cohete.
Con esta excepcional mujer, Fernando Savater (escritor y catedrático de filosofía en la Universidad Complutense de Madrid que ha publicado más de cincuenta obras de ensayo político, literario y filosófico, narraciones y obras de teatro, además de cientos de artículos en la prensa española y extranjera) compartió 35 años, toda una vida, de felicidad para él.
No es un elogio fúnebre porque este libro de no ficción novelada pretende alargar la memoria, engañar al olvido, y de este modo convertirse en un acto de agradecimiento, de amor.
Es posible que se vea como el relato de una batalla, aquella que todos sabemos perdida de antemano, pero también, quizá antes que nada, es un canto emocionado a la vida, una llamada a amar y disfrutar en todo momento con la persona que uno ame.
En el texto está la pérdida, la ausencia, el derecho o no al olvido, la muerte, el dolor, la enfermedad, pero también la lucha, el compromiso, el sexo, las risas, las bromas, las complicidades. Todo eso es la vida, y Fernando Savater consigue hacernos reflexionar sobre ello, a través de él, a través de Sara, a través de los dos, como uno solo.
El testimonio de un filósofo
Fernando Savater reconoce que "el más notable descubrimiento que he hecho a costa de mi desdicha es la intransigencia general que rodea al doliente... Los días y los años enquistan el dolor, lo esclerotizan, convierten la tumba en pirámide, pero no fertilizan el desierto que la rodea.
En algunos casos logran embotar la sensibilidad —lo cual para muchos parece ser suficiente—, pero no cierran la llaga, si es que realmente la hubo; sólo nos familiarizan con el pus. Además, para quien de verdad ha amado y ha perdido la persona amada, el amortiguamiento del dolor es la perspectiva más cruel, la más dolorosa de todas".
El libro estremece y nos expone a una tormenta sin tregua durante toda su lectura. Es un viaje a las profundidades de la experiencia vital de su autor que de pronto ha salido a la superficie.
Un libro escrito a su mujer, por su mujer, para su mujer, desde el puro aullido que provoca la ausencia. Un monumento literario a su esposa. Un libro que puede inspirar a muchos dolientes enfrentados a pérdidas muy amadas.
¿Para qué sirve un libro como éste nos interroga el autor? Y su respuesta es clara: "quizá solamente para demostrar de nuevo que el amor es lo que mueve el sol y todas las demás estrellas de la vida humana. El amor siempre es zozobra y contradicción, una forma de sufrir que nos autentifica más que cualquier placer".