¡Mamá, mamá, que estoy bien!: La muerte no existe  es un libro vivencial contado por la madre de un chico de 19 años que se suicida. Tras esta experiencia de dolor intenso, a continuación la madre recibe continuas señales des del más allá en el que el espíritu de su hijo le cuenta que está bien, de que está viviendo en otra dimensión,de lo feliz que se encuentra allí….

A partir de esta vivencia la madre quiere demostrar que la muerte no existe, que todos venimos a éste mundo a cumplir una misión, de que todo está programado, de que las cosas pasan porque tienen que pasar y de que cuando a uno le llegue el momento de marchar será él, el que la venga a buscar para continuar juntos la vida en esa otra dimensión de la que todos hemos llegado…….

Cómo otros libros de vivencias que narran percepciones del más allá, su autora quiere demostrar que con los mensajes recibidos tras la muerte de un hijo fueron esenciales para superar su duelo. De hecho, lo interesante es que hay otros testimonios en el mismo sentido, tanto en España como fuera de nuestro país.

En este caso la obra también sirve de testimonio sobre como vivió el duelo, y cómo la paz de saberse que hay algo más allá da fuerzas para dar continuidad a la vida. En su caso, con la continua  ayuda  que su hijo le ha mandado.

Este es pues una obra que quiere ayudar a todos los padres que lo necesiten, y especialmente, de aquellos que han sufrido el trauma por la pérdida de una hija o un hijo y para consolarles en el dolor que estén sufriendo, ya que el dolor mas grande que puede  sufrir un ser humano es la muerte de una hija o un hijo joven.

También habla de esa epidemia del siglo XXI el suicidio, sumergiéndose en la causa que lo produce según su visión. A partir de ahí se pregunta sobre, “el vacío existencial” y se adentra en reflexiones, comentarios sobre del alma.

Preguntas como ¿qué es el alma?, ¿donde se ubica?, ¿en que momento se incorpora esta al embrión?, ¿cuál podría ser el plan de nuestra alma?, son el enlace para que reflexionemos sobre cómo nos puede ayudar en nuestra existencia la experiencia de un suicidio, de la pérdida de una pareja, etc. El libro termina  con una carta a su hijo Daniel.