Always (Para siempre) sirve de reflexión sobre el duelo, la aceptación de la muerte y la importancia de dar continuidad a la vida cuando uno pierde a un ser querido.

El punto fuerte de este film, es como superar el duelo a través de la magia de la aceptación. Es entonces cuando podemos recuperar el timón de nuestra vida a pesar del dolor y la huella que pueda dejar la muerte repentina de un ser querido.

La primera parte de la película es un alegato a la proeza de estos intrépidos pilotos que arriesgaban su vida durante todo el año para salvar la naturaleza. Un colectivo de personas comprometidas y responsables.

El argumento parte de la incapacidad de un piloto heroico por expresar con la fuerza necesaria sus sentimientos de amor y eso es lo que le sucede al protagonista, Pete Sandich.

Por eso cuando muere en acto de servicio y tras salvarle la vida a un amigo, en el cielo le conceden el privilegio de volver en forma de "ángel" para ayudar a sus antiguos camaradas de la base.

Superar el duelo con la ayuda de un ángel

El film tiene pues un lado fantástico que sirve de reflexión sobre el duelo, la aceptación de la muerte y la importancia de dar continuidad a la vida cuando uno pierde a un ser querido.

El valor del film es que aunque utiliza a veces el tono humorístico tiene un profundo contenido. Una buena película para reflexionar sobre el duelo que invita a superar los apegos que tenemos en nuestra existencia terrenal puesto que la vida es algo impredecible.  

No es menos cierto que Spielberg no puede resistirse a incluir en la película algunos clichés fantasía como la presencia del ángel etérea Hap el cuál es una buena pieza de la historia.

Es el "ángel" quien conduce la parte más espiritual del film para contribuir a que Dorinda, la novia de Pete supere su duelo.

En cierto sentido retoma los pasos de una cinta clásica sobre el tema y muy conocida por el elenco de actores. Se trata de Dos en el cielo (A Guy Named Joe) dirigida por Victor Fleming en 1943.

Sin embargo, Always - Para siempre, de Steven Spielberg no sitúa la acción en la Segunda Guerra Mundial, sino en una cuadrilla de pilotos contraincendios.