William Parrish (en adelante “Bill”), es un poderoso y meticuloso magnate que ha dedicado toda su vida a crear una gran empresa de comunicación, codiciada por otros empresarios. Bill vive en una mansión con sus dos hijas, Allison y Susan, y disfruta de una vida apacible y tranquila en plena madurez.

Sin embargo, cuando faltan pocos días para cumplir 65 años, Bill sufre un infarto y siente una voz que lo llama desde uno de los salones de su casa. Se trata de un joven que se ha colado en su mansión: la muerte, quién ha venido a buscarlo y se ha presentado en su salón personificada en el cuerpo de un apuesto joven, Joe Black.

Ante esta visita inesperada, Bill intenta retardar el inevitable momento al que tiene que hacer frente y le pide más tiempo a Joe Black. Entonces, la muerte le propone un trato: le permitirá permanecer con vida en el mundo mientras le haga de guía como mortal.

Cuando la muerte se hace humana

Bill accede a la proposición de la muerte y se convierte en la persona que guía sus pasos por la experiencia de la mortalidad. Pero no pasa mucho tiempo antes de que Bill empiece a sentir que la presencia de Joe desequilibra la vida en su casa.

La estrategia de Joe Black es aprovechar el cuerpo que le ha dado la muerte para experimentar por sí mismo todo tipo de sensaciones humanas. Entre otras, el apuesto Joe Black, la muerte, se enamora de Susan, la hija de Bill.

Joe es un desconocido para todos los que forman el entorno de Bill , excepto para su hija, Susan, quien ya lo había conocido en una cafetería y por el que había empezado a sentir algo especial. La vivencia de Joe nos ofrece la visión de que el amor significa dejar vivir y ofrecer libertad, más allá de la disposición al sacrificio  para no hacer daño a la persona amada.

De este modo, la muerte se enfrenta al dilema de seguir comportándose como lo que en realidad es, o bien, como un simple ser humano que amenaza con cambiar las reglas.

La muerte encarnada en Joe Black es el anfitrión que conduce a las personas al otro lado, el que les ayuda a traspasar el puente que lleva a la otra vida.

En esta película, aunque no hay dios, sí hay la simbolización del más allá. Un más allá de luz y de gozo como muestran las escenas finales.

 ¿Conoces a Joe Black? es una película fantástica en la que la muerte irrumpe en la vida de un hombre poderoso y meticuloso multimillonario con suerte en la vida y que le hará comprender que todo lo que construímos en la vida humana es perecedero.

La película es un remake de “La muerte está de fiesta” de Mitchell Leisen (Death Takes a Holiday, 1934), que a su vez se basa en el libro  del mismo título (La muerte se toma unas vacaciones).