cartel Cuando el amor es para siempre

Cuando el amor es para siempre

Título original
Restless
País
Estados Unidos
Fecha de edición
2011
Duración
91 min
Género
Romance, drama juvenil
Dirección
Gus Van Sant
Reparto

Mia Wasikowska, Henry Hopper, Ryo Kase, Schuyler Fisk, Jane Adams, Lusia Strus, Chin Han,

Fotografia
Harris Savides
Música
Danny Elfman
Montaje
Elliot Graham
Producción
Imagine Entertainment y Sony Pictures, Brian Grazer Production,
Distribución
Sony Pictures Classics
Estreno en España
2011
Público
Sinopsis

Restless, traducida en español como Cuando el amor es para siempre, inspiró un argumento parecido en una película posterior, Bajo la misma estrella (2014).

Esta película es el romance entre dos personas jóvenes, una que está obsesionada por la muerte y otra a la que directamente la muerte ya ha poseído su cuerpo a la espera de encontrar el momento apropiado.

El ser humano es feliz cuando vive sin miedo; esto se logra cunado se deja de temer por las cosas inevitables como enfrentarse a la muerte, aunque esta se presente de forma inesperada.

Al fin y al cabo la muerte no es más que un proceso natural en el que nuestra humanidad se funde con algo más grande como la naturaleza que nos da el aliento.

A pesar de las circunstancias y la enfermedad, a la protagonista no le quita ni la vitalidad ni su pasión por conocer el mundo de las aves. El amor por la naturaleza le conserva las ganas por vivir.

Vivir para esperar o esperar sin vivir

Annabel es la protagonista y le que le queda poco tiempo de vida tras el diagnóstico de un cáncer sin curación.  En contraposición, Enoch es un joven sano, pero infeliz que ha sido incapaz de superar el duelo de la pérdida de sus padres en un accidente del que él quedó en coma.

Tras pasar varios meses en el hospital con asistencia vital, al despertar se refugia en un mundo imaginario guiado de la mano de Hiroshi, un kamikaze, que es su amigo imaginario y guía vital.

La historia de amor que surge entre Annabel y Enoch se sitúa en la barrera del drama y la tragedia. Ella es una chica llena de vida, pero con escaso tiempo para vivir. A pesar de ello da chispa a Enoch, quién ha perdido su camino vital y que no alberga más esperanzas.

La película deambula por esos momentos que comparten ambos protagonistas. Sobre ellos, la vida de Annabel, con escasos tres meses de esperanza de vida, es un mensaje moderno, natural y esperanzador sobre el proceso de morir.

Aceptar la muerte

De aceptar la muerte va esta película, pero también de lo importante de planificarla. De imprimirle a este despido vital la alegría que también caracterizó nuestra llegada. Una alegría que a menudo vamos perdiendo por el camino, porque descuidamos algo esencial: dejar fluir la vida a su antojo.

Cuando el amor es para siempre es una reflexión sobre la muerte abordada desde una perspectiva sutil. A modo de péndulo  la obra se mueve entre lo moderno y lo clásico. Como si este péndulo fuera el reflejo del propio contraste entre los personajes y, en definitiva, de dos formas vitales que gracias a su contraste conmueve.

Es sin duda una película valiente con un toque fantástico que le da un aire especial, y que quizás distancie a algunos espectadores del núcleo argumental.

No obstante vale la pena dejarse llevar por la fuerza de las imágenes, de las interpretaciones de los dos actores principales. Con su quimica convierten lo que podría ser un romance en un homenaje a la vida. 

Ambos son los mensajeros que incluso en las horas más oscuras, puede haber felicidad, y el final de una vida puede ser el principio de otra, aquí, en la tierra.

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