Descansa en paz se sitúa en el Oslo de la época actual. Esta historia de muertos vivientes se cuenta desde el punto de vista de tres familias que se ven sumidas en el caos cuando sus seres queridos vuelven de entre los muertos a sus vidas.

Un film para reflexionar sobre el sentido de la muerte, que sintetiza una idea "el dolor de la muerte no se puede enterrar", y que por tanto hay que aprender a sobrevivir sin los fallecidos. La película llena de interés y en un estilo muy propio, sin embargo acaba con un final incoherente.

Tres familias, que se enfrentan al duelo en circunstancias diferentes, que comparten ser testigos de la resurrección de sus seres queridos.

La primera se centra en Anna una joven que no encuentra sentido a la vida después de que falleciera su hijo pequeño, Elías. El abuelo tampoco soporta el duelo y una noche está visitando la tumba del pequeño oye ruidos y tras escarbar encuentra al niño aparentemente vivo y respirando.

La segunda familia está encabezada por un cómico que, junto con sus hijos se enfrentan a la repentina muerte de su esposa en un accidente de coche, pero, pronto en el hospital se descubre que vuelve a tener algunos signos vitales, sin explicación.

Por último, la tercera línea argumental se centra en una anciana solitaria que acaba de perder a su compañera de vida y la encontrará zombie en su casa, por lo que la empezará a cuidar nuevamente.

Desde el principio, queda claro que los tres fallecidos no han resucitado sin más. Estos muertos no responden a los estímulos externos y no hablan, por lo que sus seres queridos, que aún están superando el duelo, no saben muy bien como cuidarlos.

Las tres historias son interesantes y muy metafóricas en las que lo que en vida parecía una realidad, tras la muerte se convierte en otra. El film cuestiona los límites entre la vida y la muerte, desde la perspectiva sobrenatural.

Reencontrarse con un ser querido: el dolor no debe desenterrarse

Descansa en paz es una película que nos pone frente al hipotético retorno de un ser querido fallecido cuando la vida ha seguido su camino sin aquel.

Cada una de las familias vive el dolor del duelo a su manera, pero sintiendo que el dolor no se puede enterrar. Pero cuando el fallecido regresa a la vida mortal sin poder interactuar no queda claro quien es el que puede descansar en paz.

El film pone el énfasis en la visión de los que se quedan, no en la de los que se van. Aquí los que descansan en paz son los vivos. En definitiva, la cinta se adentra en el universo del dolor ante la perdida de forma limpia a la vez que sombría.

No es para nada la típica cinta de zombies, de terror con violencia y mucha sangre. Pero los efectos causados por estos muertos que regresan al mundo de los vivos para relacionarse con ellos se convierten en devastadores para ambos.

La pregunta que plantea de fondo el film es ¿Qué pasa si vuelven aquellos que nos han dejado?. Frente a esta cuestión, un sentimiento antitético que nos sumerge en la reflexión sobre la necesidad de la muerte.

A la vez es también un advertencia sobre el problema de quedarse anclado en el duelo de la pérdida. El filme adapta la novela del escritor sueco John Ajvide Linkqvist (1968-) titulada Hanteringen av odöda, que fue publicada en 2005 y que podría traducirse como La gestión de los no-muertos.

El estilo narrativo del film es ameno y la cámara recorre con lentitud las escenas a la vez que lo hace con planos muy abiertos para dar precisamente la sensación de desconcierto. La banda sonora le da el toque de incertidumbre de cada escena a modo más bien de thriller que de film de terror.

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