Es una comedia entretenida, romántica, que en todo caso incita a valorar que la mejor vida que podemos tener es precisamente la que tenemos. Ciertamente, podemos imaginar otros destinos para nuestra existencia, pero a cada paso podemos percibir que en el fondo aceptar nuestra realidad forma parte de nuestra esencia humana.

Joe Pendleton (Warren Beatty) es un famoso  deportista de rugby de Los Angeles Rams, que sufre un accidente de carretera. Por error, un ángel le sustrae el alma antes de certificar su muerte. Para corregir el error, los ángeles sólo tiene un recurso: introducir su alma en el cuerpo de otro hombre que acabe de fallecer.

Es así que Pendleton, en una nueva vida, se convierte en un empresario que ha amasado una gran fortuna con negocios gestionados sin importarle las consecuencias morales de sus actos. En sus nuevas circunstancias, Pendleton utiliza su influencia económica para ocupar de nuevo un puesto en el equipo de los Angeles Rams y se comporta de forma más humana en los negocios. También conoce a una atractiva mujer, interpretada por Julie Christie, que cambiará su forma de ver la vida.

La frase que da título a la película, "El cielo puede esperar", ya fue utilizada en 1943 en la película de Ernst Lubitsch, que aquí en España se tradujo como "El diablo dijo no". Esta película  ganó tres Globos de Oro en 1978, incluido el de mejor película de comedia.