El doctor
William Hurt, Elizabeth Perkins, Mandy Patinkin, Christine Lahti, Adam Arkin, Bill Macy, Charlie Korsmo, Wendy Crewson
La película nos sumerge en la vida del cirujano Jack McKee que goza de una vida personal exitosa y en la que el ejercicio profesional le ha permitido disponer de una vida cómoda, con dinero suficiente para vivir en una lujosa mansión y crear una familia amada. Un buen día, le diagnostican un tumor en la laringe que no responde a la radioterapia y que tiene que extirparse quirúrgicamente, lo que le pone en riesgo su voz.
A pesar de ser muy conocido en el hospital en el que trabaja decide que su tratamiento se desarrolle en este convencido de la necesidad de distanciarse emocionalmente de los pacientes. Jack se convierte en un paciente más que no se librará de los trámites burocráticos, y tratado con la distancia y la frialdad de los médicos que él tanto defendía. Por primera vez en su vida, se ve obligado a sentir lo que sienten todos los enfermos y a confiar a ciegas en un sistema médico que ni es infalible, ni resulta muchas veces agradable para los pacientes.
Un día, mientras está en radioterapia, conoce a una joven paciente (June) que sufre un tumor cerebral incurable y que, en cambio, mantiene una actitud vital muy diferente a la suya. La fortaleza y espíritu poco comunes de June, se convierten para Jack en un catalizador para impulsar su propia recuperación, haciéndole reflexionar hasta que punto como profesional debe implicarse en conocer el corazón de sus pacientes. Su matrimonio se rompe ha quedado roto cuando le han diagnosticado el cáncer y más tarde se enamora de June que finalmente fallece.
La película es un viaje personal a través de la enfermedad y del sistema sanitario más que una reflexión sobre el proceso de la enfermedad. En este período, el protagonista descubre la incomodidad de las largas esperas para ser atendido, la incapacidad del hospital para proporcionar la información adecuada a los pacientes, o los errores que comenten los profesionales sanitarios o los retrasos en ofrecer los resultados de las pruebas médicas.
Tras su recuperación, el Dr. McKee, regresa s su rutina profesional pero cuando recibe a sus nuevos residentes, a estos les obliga a convertirse en pacientes durante un día completo: vistiendo su indumentaria, comiendo el mismo menú o ser sometidos a algunos de los procedimientos de diagnóstico. Así el Dr. McKee se convierte en un defensor de sus pacientes para que no se sienten asustados o avergonzados por un trato distante.
La película también ahonda en la importancia de vivir en el presente y el compartir con los demás a la vez que es una dura crítica de la deshumanización del sistema sanitario. Es una defensa de la importancia de los sentimientos en la relación médico-paciente. Está basada en el libro del Dr. Edward Rosenbaum “A taste of my own medicine”(1998).