
El peor vecino del mundo
Tom Hanks, Mariana Treviño, Manuel García-Rulfo, Rachel Keller, Cameron Britton, Kelly Lamor Wilson, Josefine Lindegaard,Juanita Jennings, Mike Birbiglia,
El peor vecino del mundo es un remake de la película sueca Un hombre llamado Ove (2015) dirigida por Hannes Holm y por tanto sigue casi al pie de la letra el guion de esta con tan sólo algunos pequeños detalles dramáticos cambiados.
En la versión norteamericana queda más claro que el protagonista, que se llama OTTO, además de ser un hombre gruñón tiene más argumentos de odiar su existencia. Lo han prejubilado y hace seis meses que ha perdido a su amada esposa Sonya. Así que ha perdido la fe en todo el mundo, incluido en él mismo.
Entre el duelo por su fallecida esposa, la poca responsabilidad de sus vecinos con el respeto por las normas de la calle privada que comparten y el despido incentivado de prejubilación, Otto sólo piensa en una única solución: el suicidio.
El suicidio imposible
Y no es por menos a medida que vamos sabiendo de su historia vital. Forjamos nuestra identidad y nuestras expectativas vitales a menudo por lo externo, la familia, el trabajo, las amistades.
El verdadero poder está en nuestra capacidad para hacer florecer el ser interior, nuestro corazón y con él ser parte activa del mundo que nos rodea y cuidando nuestro ser más íntimo. Otto, tiene un gran corazón, pero está molesto con todo.
Inicialmente, sólo piensa en el suicidio como la mejor opción, pero siempre fracasa en sus intentos por las inesperadas situaciones de sus vecinos que reclaman su atención, aunque a regañadientes.
Además los nuevos vecinos, una mujer muy embarazada de origen mexicano, Marisol, quien se ha mudado con su esposo Tommy y sus dos hijas pequeñas al pequeño barrio comunal acaba trastocando todos sus planes para acabar con su vida. En la versión sueca, la nueva vecina embarazada es Parvaneh, de origen persa.
La belleza de los pequeños gestos
Otto piensa que Tommy, el marido de Marisol es un idiota, pero ella se gana su respeto entregándole buena comida. Y así como quién no quiere, la historia va convirtiendo al gruñón de Otto en el jubilado que tiene tiempo para hacer de niñera, arreglar desperfectos e incluso evitar el desahucio fraudulento de unos vecinos.
Sin duda es una película que sigue las pautas de Un hombre llamado Ove, pero con un tono menos dramático y a la vez más cercano en lo emocional respecto a la versión sueca. Los nuevos vecinos son hispanos en vez de iraníes o persas, y en lugar de la prensa local aparece el periodismo de redes sociales como altavoces de buenas causas.
El detalle de Malcom, un joven que reparte en una vieja bicicleta prensa gratuita y al que Otto detesta ya que la deja por el suelo, cuando se da cuenta de que había sido alumno de Sonya y que gracias a ella su vida cambió, Otto entablará con él una buena amistad.
Canto a la vida
La muerte de un ser querido hay que observarla no tanto por lo que supone la pérdida de su presencia, sino por la oportunidad que nos brinda para atesorar todo lo compartido, no sólo con la familia, sino también con las amistades, los vecinos, etc..
Resultan instructivas las visitas de Otto a la tumba de su esposa Sonya, así como los pequeños gestos desde la adopción de un gato callejero que aparece en el barrio y los demás pequeños detalles para apreciar la vida que se van sucediendo.
Poco a poco la tristeza e ira de Otto dará paso al agradecimiento y apreciará la oportunidad de haber sido tan feliz junto a Sonya, lo que le permite volver a disfrutar de la vida de cada día y las nuevas oportunidades que le ofrece.
Por supuesto, los flashbacks en los que participamos de los mejores momentos y otros no tan buenos de la pareja Otto y Sonya son esenciales para apreciar mejor al personaje. Especialmente determinante será su viaje antes del nacimiento de su hijo. En la versión de Ove y Sonja viajan a España.
Interesante es que tanto Otto como Ove han expresado que quieren un funeral sencillo por la iglesia. En la versión sueca, Ove deja claro además de la sencillez que no quiere ser incinerado.
Un remake con luz propia
Otto, en la piel de un Tom Hanks brillante, nos hará reír, llorar y sobretodo plantearnos la vida de otro modo. El mérito de la película es el guion basado en la novela sueca de Fredrik Backman, pero hay que reconocer que el remake hace honor al original en todo (música, guion adaptado, interpretación, fotografía,etc.).
Sin duda, es una película amable y llena de buenas intenciones que sirve para plantearse cuando la vida deja de tener sentido y en qué momento las circunstancias externas nos pueden más que nuestra propia vida.
Una muy bonita historia sobre la amistad, la vida, el dolor de perder a la persona mas amada, y la importancia de no dejar morir la bondad en nosotros la convierte en una película recomendable.