El primer día de mi vida es una importante reflexión sobre el sentido del dolor que anima a buscar incansablemente la felicidad. 

Una película imprescindible para adentrarse en la psicología del suicidio que debería proyectarse en cualquier programa de prevención de esta realidad.

En el momento exacto en que un hombre, dos mujeres y un niño se van a suicidar, se encuentran con un misterioso hombre que les regala una semana de tiempo en qué no están ni muertos ni vivos.

Durante estos siete días, y así está organizada la película, descubrirán cómo sería el mundo sin ellos. Gozando del libre albedrío pueden encontrar la fuerza para empezar de nuevo y volver a enamorarse de la vida.

El "qué pasaría si" es lo que El primer día de mi vida imagina y se adentra en reflexionar sobre lo que les empuja a quitarse la vida. 

Durante estos siete días, los cuatro personajes son testigos de la vida en la Tierra sin ellos. De este modo podrán comprobar si la elección que hicieron fue una apuesta evitable ante un momento negativo de su vida o si se trataba de una decisión acertada.

Cuatro historias y una reflexión común: vivir para ser feliz

Cuatro personajes se enfrentan a vivir suspendidos en el tiempo para ver lo que ocurre en sus vidas sin ellos acompañados de una especie de ángel.

Napoleone, un coach conferenciante cuya visión vital ha salvado precisamente muchas vidas, pero que ha quedado hastiado y ya no cree en su trabajo.

Arianna, una mujer policía que  aún no ha superado la muerte de hija.

Emilia, una ex gimnasta que siempre ha quedado segunda en las competiciones y terminó en silla de ruedas poco antes del intento de suicidio.

Finalmente, está Danielle, un niño obligado por sus padres a convertirse en youtuber grabándose a si mismo tragando grandes cantidades de comida, siendo diabético y que es objeto de burlas por parte de sus compañeros de colegio.

Juntos, durante esta semana, se encuentran compartiendo pequeños momentos de felicidad a la vez que aliviados de las tareas (sociales o personales) que les tenían agobiados y de las que nunca lograban deshacerse.

En un momento, por ejemplo, el ángel les pregunta qué es lo que realmente quieren y descubren que muchos de sus deseos son en realidad de lo más simple y fácil de conseguir.

En definitiva, los pone frente a elecciones y deseos, y de este modo nos muestra cómo ser lo más auténticos posible de una forma sencilla.

Una historia inspirada por un documental sobre suicidas

El director del film. Paolo Genovese ya había escrito la historia en forma de novela en 2019 (publicada por Einaudi), inspirada en un documental  The Bridge (2006) de Eric Steel, que le había dejado una fuerte impresión.

En este documental, el director Eric Steel había posicionado la cámara hacia el Golden Bridge de San Francisco, el puente con mayor número de suicidios. A su vez había entrevistado a los supervivientes preguntándoles qué pensaban en esos siete segundos que les separaban del impacto con el agua.

Casi todos respondieron que lamentaban la decisión. Entonces Genovese decidió dar a sus cuatro personajes no siete segundos, sino siete días, para mostrar cómo sería la vida sin ellos. La proyección de algunos cortometrajes sobre sus vidas en una especie de cine celestial, les muestra lo que les espera en el futuro en caso de que decidan quedarse.