Kubo y las dos cuerdas mágicas es una película de acción y aventuras, protagonizada por el inteligente y bondadoso Kubo, un chaval huérfano que se gana la vida animando figuras de origami con la magia de su voz y su instrumento shamisen fantástico (una especie de guitarra pero de tres cuerdas) y contando historias tan maravillosas como fantásticas a los habitantes de un pueblecito costero. 

En cada presentación, Kubo trata de contactar con el espíritu de su padre difunto, de cuyo recuerdo no tiene más que algunas anécdotas de su madre enferma. Cada día, con las monedas que consigue, compra arroz y alimenta a su madre quien trata de relatarle vivencias pasadas. Sin embargo, su madre le advierte de los peligros que se esconden en la noche ya que si se expone a la luz de la luna, será perseguido por su abuelo y sus temibles tías.

Pero su tranquila existencia cambia de golpe cuando, accidentalmente, llama a un espíritu mítico que regresa de los cielos decidido a llevar a cabo una venganza milenaria.

Kubo anhela y necesita contactar con su padre por ello un día se adentra en la oscuridad de la noche con la esperanza de poder contactar con el espíritu guerrero de su padre. Tras de una cruenta batalla, la madre de Kubo fallece dejando al niño desprotegido e incrédulo al cuidado de una mona antropomorfizada y un samurái con forma de escarabajo.

Junto con Mona y el  Escarabajo emprende una aventura épica para salvar a su familia y resolver el misterio que rodea a su deshonrado padre, el más grande de todos los samuráis que jamás ha existido. Con la ayuda de su shamisen, un instrumento mágico, Kubo se enfrenta a dioses y a monstruos para buscar las piezas de una armadura fantástica que ayudará a Kubo a vencer el espíritu maligno de su abuelo y, desterrar así, la tragedia que asola a la familia.

Aceptar la vida tal como es

El apoyo mútuo será lo que les permitirá conseguir su objetivo. A lo largo de su periplo Kubo vive situaciones que le ayudan a comprender que las familias no son perfectas y que la muerte es un paso esencial y necesario dentro de la vida. Es entonces cuando se puede comenzar a superar el proceso de duelo.

La vida no es siempre perfecta y debemos aceptarla como tal es. La tristeza, la orfandad y la soledad infantil son el motor del aprendizaje y en su viaje se adentra en los mitos la cultura tradicional japonesa con paisajes llenos de elementos ínitmos.

Una fábula en la que també es protagonista el origami, una técnica para hacer figuritas en papel, tan poética y melancólica que forma parte íntima de la historia.

Es una película de animación cuidada hasta el mínimo detalle, en el que cada elemento habla sobre cómo el apoyo de familiares y amigos nos permiten afrontar la soledad que conlleva la pérdida física de un ser querido.

Kubo y las dos cuerdas mágicas nos presenta una historia para reflexionar sobre la muerte y la vida. Una historia para recordarnos que somos la suma de las vivencias que guardamos y recordamos.