La chica que sanaba
Cathalina Geeraerts, Greet Verstraete, Felix Heremans, Serdi Faki Alici, Els Deceukelier
La chica que sanaba narra la historia de una adolescente de quince años, Holly, quién un día avisa a la secretaría del colegio que no asistirá porqué tiene un mal presentimiento.
Aquel día, un incendio acabará con la vida de diez jóvenes. Nueve meses más tarde, la comunidad está en duelo por el suceso. Sin embargo, Holly con su presencia aporta consuelo y sanación.
Un día, sin embargo, una de las profesoras, Anna, la invita a participar en un grupo de apoyo a las familias de las víctimas, de manera que se forja un misterioso vínculo entre estas familias y la joven. Ella es consciente de su don pero tampoco sabe cómo guiarla.
A partir de ahí, la directora, Fien Troch, consigue tantear varios temas como el duelo colectivo en el mundo escolar, el acoso cuando la persona es diferente, el sentido de la solidaridad, o la corrupción consumista, entre otros.
La historia se mantiene anclada en la realidad y no se adentra en el tema sobrenatural para dejar que persista esta duda: ¿ocurre algo sobrenatural o no cuando Holly toca o se relaciona con los padres dolientes?
El personaje está en la frontera entre la adolescencia y la adultez, entre lo que provoca sin ser consciente y la realidad de sus acciones. Su don emergente constituye tanto una bendición como una amenaza, y Holly acaba por convertirse en la víctima expiatoria de los vicios del mundo.
Más allá del duelo escolar
Holly es acosada y acusada de bruja por sus compañeros, pero su empatía y el don de poder sanar acabarán haciendo mella en ella. No es fácil descubrirse que con sólo el poder de las manos le den dinero.
Ella es una chica muy normal pero en una comunidad muy receptiva a algo “sobrenatural” debido a aquel trágico incendio en la escuela. Asi que lo que podría ser normal se convierte en excepcional.
Abrumada por las solicitudes de que sane aunque a la vez embriagada por sentirse útil, Holly descubre que lo que parecía un don se convierte en una maldición.
El duelo social causado por el incendio remite, pero en la comunidad escolar la premonición de Holly sigue vive. Mientras, Holly mantiene amistad con un chico también acosado, Bart, por ser diferente, en su caso diagnosticado de neurodiverso.
La chica que sanaba va tocando temas pero no entra a fondo en ninguno de ellos. Es como si estas pinceladas, simplemente sean el fondo de las miradas con sonrisa de Mona Lisa que cautivan su entorno.
Frien Troch cuestiona nuestra relación con los demás y con la fe: ¿qué nos hace creer y qué nos hace dudar? ¿Cómo nos condiciona y moldea la forma en la que los demás nos ven? En un mundo que ansía la existencia de ídolos, Holly es como una hechicera moderna, denostada, pero a la vez solicitada.
Una película, diferente, que mantiene gracias a la banda sonora una cierta tensión que en momentos recuerda a una película de terror. El comienzo de la película, en un parque al borde del bosque al anochecer, es claramente una invitación a adentrarnos en extraños territorios de lo sobrenatural.