La Corriente - Ibiza Blue es un drama romántico que narra la relación de tres treintañeros, que han sufrido pérdidas de seres queridos, y cuyas vidas se entrecruzan en la Ibiza postpandemia (Julio 2020). Cada uno intenta reencontrarse consigo mismos y a la vez salir adelante con el duelo que les afecta.

Carlos, ha perdido a su hija que se ahogó en una piscina y se acaba de divorciar. Julio, que reside desde hace siete años en Ibiza, tras el suicidio de su hermano, es íntimo amigo de Carlos, y lo ha invitado a pasar unos días.

Alba, es fisioterapeuta, vive en Barcelona y ha sido invitada por su amiga Natalia, quien tiene una casa en Ibiza. Su encuentro les debe servir para valorar si ambas podrían montar una empresilla en la isla. Alba, busca una nueva vida tras la pérdida de su padre, fallecido en una residencia a causa del virus.

Carlos y Julio conocerán separadamente a Alba y la relación entre ellos cambiará radicalmente cuando se dan cuenta que ambos cortejan a la misma chica.

Para encontrarse a veces hay que sumergirse en el dolor

Uno puede tener la sensación que este drama romántico viene marcado por el triángulo de dos hombres y una mujer. En realidad, la verdadera protagonista es invisible, es la muerte que va cortejando poco a poco a cada uno de ellos.

Es la muerte que se ha pegado en su espíritu vital por si alguno decide seguirla. Así que cada personaje debe valorar hasta donde llega la depresión por el duelo y hasta donde están dispuestos a aceptar el nuevo destino vital que se abre en esta visita a la isla.

Todos los personajes sufren tragedias personales relacionadas con el agua y frente a esta deciden dejarse llevar literalmente por su corriente. Pero, sobre todo, más allá del dejarse llevar por ella, deberán aceptar el destino final que la vida les propone…

No es una película de diálogos reflexivos, pero si que a través de sus encuentros playeros y cervezas se van rompiendo sus miedos, que no su dolor por el duelo.

Opera prima

Esta ópera prima del actor Jesús Lloveras es una película más bien liviana de argumento y con diálogos nada filosóficos, pero precisamente, esto le da un aire de naturalidad que facilita que el duelo, que acompaña a cada personaje vaya haciendo mella en ellos.

El fondo de la crisis del coronavirus, que abrió una nueva era protagonizada por la incerteza, marca el ritmo cotidiano de los protagonistas. Estos viven el presente sin más expectativas, hasta que irrumpe la proyección a un posible futuro.

La película se rodó con un equipo muy reducido,a penas diez personas básicamente en el municipio de Sant Josep de Ibiza y en el parc natural de ses Salines, precisamente el verano postpandemia, por lo que la mascarilla es un elemento del vestuario de la misma.