La decisión de Julia narra la historia de una mujer que llega a un hotel con una maleta y con una decisión irreversible. Llaman a la puerta y abre tranquila a sus esperados invitados con una sonrisa sabiendo que está preparada para llevar a cabo su meditada decisión.

Entre la realidad y el recuerdo, Julia recuerda una historia de amor y desamor en la que la memoria tiene más intensidad que los posibles hechos.

La lluvia golpea los cristales en una desapacible noche y Julia en el tiempo que le queda narra el apasionado relato de su vida; un amor a escondidas, una huida precipitada, un hijo dado en adopción, un viaje a un lugar desconocido en busca de respuestas.

"La memoria es un maleta que contiene lo imprescindible porqué todo lo demás se convierte en un lastre. La vida es lo que vamos soltando y lo convertimos en recuerdos".

Un viaje de la memoria hacia las circunstancias que truncaron un amor espontáneo e imposible marcado por la tragedia del terrorismo. "Vivimos más intensamente los recuerdos que la vida".

Una canción de Leo Ferré ” (Avec le temps), llega a sus oídos desde la habitación de al lado. La risa y la felicidad traspasan las finas paredes haciendo que un tiempo feliz renazca en la cabeza.

Toda una vida contada en los últimos quince minutos como si de un thriller emocional se tratara. Es una película casi teatral, inclasificable, inteligente en los diálogos y exquisita en el montaje con una fotografía en blanco y negro impecable que le da un estilo casi onírico.

Una película desde el corazón

Para el guionista Rafa Ruso, "Había una serie de historias que llevaban cierto tiempo rondando en mi cabeza y que encontraron acomodo en este guión: el derecho a una muerte digna, el poder de los recuerdos en nuestra vida, o la sabiduría que proporciona la distancia y el tiempo. A pesar de ser una película que habla sobre la muerte, la idea era hacer un canto a la vida. Llegar al corazón por la vía de los sentimientos".

El guion se adentra en la dura decisión de elegir el final de su vida. Julia está tocada por la enfermedad degenerativa de la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), pero afronta con naturalidad y mucha sencillez, el recordar los mejores momentos vividos. No es una película fácil ya que está contada de una manera no lineal, alternando realidad y recuerdos.

Como expresa su productor Miguel Mesas, La decisión de Julia, quiere visualizar la palabra, dar forma a los recuerdos, adentrarse en los más recónditos deseos, y en las esperanzas vencidas.

La película rodada toda ella en blanco y negro, se acerca a temas soslayados por la sociedad, y los reinterpreta desde el corazón, desde la emoción de los recuerdos, desde el amor verdadero, pero imposible, entre dos personas.