cartel La memoria del agua

La memoria del agua

Título original
The memory of water
País
Chile
Fecha de edición
2015
Duración
88 min
Género
Drama
Dirección
Matías Bize
Reparto

Elena Anaya, Benjamín Vicuña, Néstor Cantillana

Fotografia
Arnaldo Rodríguez
Música
Diego Fontecilla
Montaje
Matías Bize y Julio Rojas
Distribución
Netflix
Público
Sinopsis

La memoria del agua  explora la visión del duelo a través de la relación de un matrimonio, Amanda, traductora  y su esposo, arquitecto, Javier, cuyo relación como pareja se ve alterado por la pérdida de su hijo de cuatro años. Amanda apenas puede mirar a Javier, cuyas facciones le recuerdan a su hijo muerto.

Ante esta tragedia su vida como pareja se hace insostenible y Amanda solicita la separación. A partir de este momento sus vidas transcurrirán por nuevas sendas. Ella busca refugio en un viejo amante de juventud, Marcos, mientras Javier, por su parte intenta mantener el amor por su ex esposa.

En definitiva, dos posturas irreconciliables en la ficción. Sin embargo, sabemos que en el tratamiento del duelo se ha demostrado que con la necesaria ayuda psicológica se puede afrontar nuevamente un destino común como pareja, aun cuando no es fácil. El film pues invita a la reflexión sobre cómo afrontar el duelo.

Una película de introspección psicológica protagonizada por una pérdida que nadie quiere olvidar, pero que arrolla a sus afectados. Un diálogo entre los protagonistas lo deja claro: Javier defiende "no nos perdamos nosotros" y Amanda argumenta: "- Por un momento me acordé de cuando estábamos bien. Cuando éramos novios.  Esto es como borrarlo. Si nosotros somos felices, él no existe, él se borra del Universo y yo quiero borrarlo dos veces. Por la noche me despierto y voy hacia su cama como cuando me llamaba por las noches...Pues entonces me levanto y camino y voy y en mitad del pasillo me doy cuenta que no está y me quedo ahí, congelada, sin saber que hacer porqué él no está. No quiero volver a mi cuarto y prefiero quedarme ahí rendida para siempre, porqué sé que es bueno sentir este vacío y indica que está presente.... La gente dice que está en mi corazón y no sé qué más estupideces... Pero querría poderme sacarme esta supuesta parte donde está para poderlo mirar nuevamente... Nadie es inocente... Cómo quieres que piense en ti, en mí... por favor no me quites a mi hijo".

Es una película lenta, de narración poética que con un argumento sencillo nos muestra  la sinrazón de no afrontar el duelo con la asistencia de profesionales, lo cual sumerge a la pareja en el cao. Un alegato a que la pérdida de un hijo debe afrontarse con herramientas psicológicas o de otro modo asumir el desastre vital, como sucede a sus protagonistas.

La película no consigue la profundidad de la cinta Los secretos del corazón (2010) de John Cameron Mitchell.

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