Llamando a las puertas del cielo
Til Schweiger, Jan Josef Liefers, Thierry Van Werveke, Moritz Bleibtreu, Huub Stapel, Leonard Lansink, Ralph Herforth, Cornelia Froboess, Rutger Hauer, Corinna Harfouch, Sönke Wortmann
Ganadora del Premio Gran Angular en el festival de cine fantástico de Sitges 1997 y estrenada en España con poco éxito en Enero de 1998 y nunca se editó en DVD en castellano.
De esta película a penas quedan rastros de la misma para poderla visionar y el teaser que hemos capturado destaca la acción por encima de la reflexión. La reseñamos porqué plantea una cuestión de fondo interesante sobre el sentido de la vida y los deseos humanos en situaciones límite y el valor de compartir la muerte.
Para complicar la cosa sobre esta película, en nuestro país Win Wenders presentó en 2005 el film titulado Don’t Come Knockin que en España se tradujo también con el mismo título de "Llamando a las puertas del cielo" cuya temática no tiene nada que ver.
La película que reseñamos es la firmada por el alemán Thomas Jahn, la cual sabe combinar la comedia, la acción, el humor y la reflexión con la muerte de fondo. Un film que toma el título de la canción de Bob Dylan y se desarrolla de forma a veces inverosímil, otras alocada y algo violenta, pero tierna en la forma y en las emociones explicitadas.
Llamando a las puertas del cielo de Thomas Jahn es la historia de dos jóvenes enfermos con un cáncer terminal (uno de cerebro y otro de huesos) que comparten habitación en un hospital a los que dos matones les hacen el encargo de entregar un coche con un maletín, pero acaban escapando del centro médico robando casualmente el coche de los matones, aparcado en el parking. Así empieza una alocada huida que les lleva a vivir con intensidad sus últimos días, saltándose todas las normas y aprovechando el dinero que les llega.
A partir de este planteamiento, la narración es una mezcla el drama y comedia en la que queda patente que a pesar de tener la sentencia de la enfermedad terminal el miedo frente a la muerte persiste.
El argumento pone en evidencia la necesidad de tener deseos antes de morir. Por eso uno de los protagonistas ayudará a su nuevo amigo a ver el océano, dado que según cree, desde el cielo todo el mundo habla del océano.
Se trata de un film cuyo mérito es precisamente llevar a modo de road-movie a los protagonistas a situaciones límites las cuales nos muestran que la vida es en cada momento un reto en lo que cuenta es el presente para disfrutar de las emociones que afloran más allá del miedo inherente a la muerte anunciada.
Más allá de que tengamos un horizonte final claro la amistad y la intensidad en la experiencia vital sigue siendo uno de los valores que más humanos nos hace, incluso cuando el final está escrito.