Mi otro Jon
Carmen Maura, Marisol Ayuso, María José Alfonso y María Luisa Merlo, Aitana Sánchez-Gijón, Fernando Albizu, Olivia Molina, Enrique Villén, Juanjo Artero y con la participación de Ana García Obregón, Macarena Gómez y Mariano Rajoy
Merche, una mujer de 77 años, recibe la mala noticia que le queda poco de vida. Por ello decide cumplir los sueños imposibles de sus tres mejores amigas y el suyo propio, ver el mar por última vez visitando la isla de la Palma.
Su salud le impide viajar, pero una brillante científica le ofrece una solución de introducir el alma de Merche dentro del cuerpo de un recién fallecido durante tres días, para que así pueda cumplir su sueño.
La historia de Mi otro Jon es una metáfora en tono cómico sobre la importancia de despedirse adecuadamente de los seres queridos. En concreto, cuando la muerte llama a la puerta sin prisas y se anuncia con algo de tiempo.
Un film con diálogos ocurrentes, con un argumento lleno de situaciones cómicas y en el que el morir se plantea como un viaje del alma más que del cuerpo.
Despedirse de la vida con amor
Lo que molesta a la protagonista del diagnóstico terminal no es tanto que va a morirse (que lo tiene claro y lo tiene interiorizado como parte del vivir), sino que todo sea tan repentino.
El cáncer de páncreas, cuando se diagnostica, acostumbra a ser rápido y doloroso. Pero, Merche asume con entereza su diagnóstico terminal de cáncer. En contrapartida, dirige toda su energía en hacer cumplir los sueños de sus amigas: sólo se vive una vez y es para repartir felicidad y gozarla a la vez
La artimaña de ciencia ficción de traslado del alma de Merche para tres días a un cuerpo en estado de estasis del camionero Jon, no es más que un recurso para darle el tono de comedia a una situación que en realidad es un drama para la mayoría.
Otorgar tres días al espíritu de una persona en estado terminal para despedirse adecuadamente de su entorno más íntimo tiene un significado filosófico profundo.
Mi otro Jon es un mensaje optimista sobre la importancia de planificar el tiempo final de vida. Pero sobretodo su interés es ofrecernos en tono de comedia precisamente la despedida de Merche encarnada en el cuerpo del grandullón de Jon.
Una oportunidad para reflexionar sobre como expresar este amor hacia la familia y las amistades más íntimas.
Bienvenida es pues Mi otro Jon, aunque sea desde un entorno social de rancio abolengo al que pertenecen las simpáticas protagonistas, tópicas amigas maduras de Merche y desde una escenografía de clase media alta.
Algunos detalles funerarios
A lo largo de la película hay pequeños detalles que van modelando una visión de la muerte vitalista, pero también un conformismo respecto a la industria funeraria. Destacamos algunos de estos aspectos.
Hay una sátira sobre la pomposidad comercial que caracteriza a las funerarias, algo realmente necesario dada la situación de oligopolio de esta actividad.
Lamentablemente, la protagonista, sin embargo, se deja convencer fácilmente ante un ataúd de lujo de maderas nobles y con teléfono incluido para hacer una última llamada en las siguientes 48 horas desde el interior del mismo. En la exposición de féretros no se muestra ninguno de ecológico o de cartón.
Valerosa es la determinación de Merche de no querer morir en un hospital y dejar que la vida le de el final amoroso que ella cree se merece en lugar de someterse a los protocolos sanitarios que impiden prepararse para el tránsito.
Se señala el poder de los espíritus del más allá. Por ello, de forma sutil en el mensaje de despedida a sus nietos a través de Jon, les indica que les enviará señales desde el cielo. También remarca a su hija que cuidará de ella y su familia desde el más allá.
Finalmente, hay un guiño a los testimonios de experiencias cercanas a la muerte cuando justo antes de morir aparece el espíritu su marido muerto años antes para llevársela. De esta modo, Merche hace el tránsito en intimidad (puesto que ha enviado a su hija al baño y marcharse sin dramas).
Por supuesto, los productores de Mi otro Jon dejan claro su pertenencia ideológica conservadora: las protagonistas pertenecen a clase media alta, hay una defensa a ultranza de la unidad en la familia, y un sorprendente cameo de un político español ex líder de un partido de derechas.
Un director comprometido
En palabras del director, esta película nació de una treta: "Al cumplir los ochenta y ocho años, mi madre me comentaba, con mucha pena en su voz, lo mucho que le dolía todo su cuerpo, debido a su avanzada edad. Ante la impotencia de no poder paliar su dolor, me nació contestarle algo original y así lograr dibujarle una sonrisa. Así que me inventé un lugar donde alquilan cuerpos para casos como el suyo, comentándole que, por desgracia, solo les quedaba el cuerpo de un camionero vasco y que no me parecía muy apropiado para ella. Quién me iba a decir que esa anécdota, plagada de mis mejores intenciones, me iba a llevar a escribir el guion de mi nueva película, "Mi otro Jon", una película que mezcla la comedia más tradicional con toques surrealistas.que la definiría como una comedia para celebrar la vida."
Otra contribución solidaria del director fue que el último viaje de la protagonista escogiera para ver por última vez el mar la isla de la Palma. En este sentido, el viaje de Merche es un acto solidario por los efectos de la erupción del volcán Teneguía en 2021, el cual, tras 84 días de escupir lava, engullió 2988 edificaciones y arrasó 1.219 hectáreas de cultivos. En este sentido el film puede verse pues como una promoción turística solidaria con la población de la isla de la Palma.
Mi otro Jon nace arrastra el mismo espíritu que las películas precedentes de Paco Arango: "Mi sueño de hacer cine de calidad y que además fuera solidario parecía imposible a los ojos de muchos. Hoy puedo decir que mi sueño se ha cumplido con mi cuarta película benéfica siempre con tres objetivos en mente: entretener, concienciar y recaudar fondos para niños con cáncer a través de la Fundación Aladina, la cual presido."