Nunca es demasiado tarde
Eddie Marsan, Joanne Froggatt, Karen Drury, Andrew Buchan, Neil D'Souza, David Shaw Parker y Michael Elkin
Nunca es demasiado tarde narra la existencia de John May, quien ejerce de meticuloso funcionario en el distrito londinense de Kennington con un peculiar trabajo: ponerse en contacto con los familiares de las personas que han fallecido solas y por tanto de avisarlas para que puedan asistir al funeral si lo desean.
John es un hombre solitario, sin amigos, que cena de latas en un anodino, aunque ordenado apartamento. Es un hombre al que le encanta su trabajo y siente un gran respeto hacia estas personas que mueren sin ninguna persona a su lado. Para ello, John hace todo lo que puede por encontrar a algún familiar. Luego, si no hay nadie a quien notificarle la defunción, Él es la única persona que asiste al funeral, se encarga de la música y escribe los textos de la ceremonia sin asistentes.
Un día y sin previo aviso el ayuntamiento para el cual trabaja de forma honesta y esforzada con veintidós años de servicio a su espalda, lo despide porque sus búsquedas son demasiado caras.
Buscar familiares de personas fallecidas solas
¿A quién le importan encontrar algún familiar para advertir que su pariente, una persona probablemente anciana y solitaria finalmente ha muerto?. Por compasión, su nuevo jefe le deja encontrar a los familiares de su último caso, precisamente el de un vecino, Billy Stoke, que no conoce. Esta búsqueda le permite adentrarse en una mezcla de desventuras, amor y arrepentimiento que emerge de los testimonios de los conocidos del difunto.
Entre estas pertenencias que encuentra en la casa del difunto está un álbum con las fotos de una hija de Bill que abandonó, Kelly. John reconstruye la vida de Stoke a partir de unos todos elementos y descubre que la vida de Stoke ha sido plena, con muchas amistades. Finalmente, también entrará en contacto con Kelly, hija del fallecido. Cuando John y Kelly se conocen se sienten naturalmente atraídos el uno por el otro. Sin embargo, el futuro nunca es lo que uno imagina.
Nunca es demasiado tarde, en su título original Still life, que quiere decir naturaleza muerta, ya sea en pintura o en fotografía, juega con un sencillo juego de palabras con las que referirse también a una vida inmóvil, silenciosa, casi como la muerte que destaca por la calidad humana casi superheróica del protagonista.
Una inteligente obra cinematográfica, un film de tintes minimalistas que oscila entre la comedia negra y el drama centrado en pequeños detalles cotidianos, en los que la vida y la muerte son protagonistas. Su director, Uberto Pasolini, nacido en Italia pero residente en el Reino Unido, fue conocido en su momento como el artífice en calidad de productor del enorme éxito cinematográfico de 1997, Full Monty.