Proyecto Lázaro es la historia de un joven, Marc Jarvis, nacido en 1982 y muerto en 2015 que escoge como proceso post mortem la criogenización. 

Así que en futuro situado en el 2084 la empresa Prodigi dirigida por el Dr. West, consigue que Marc Jarvis sea reanimado y reconstruido para "renacer" como el primer hombre "resucitado". A grandes rasgos, como explica su protagonista: "Un 20 % de órganos y tejidos recuperados del antiguo cuerpo, especialmente del cerebro y del sistema nervioso central, un 65 % de órganos clonados, (huesos, músculos, piel, conexiones nerviosas y otros órganos), un 10 % de implantes biónicos para reforzar el sistema músculo esquelético y los órganos sensoriales, un 5 % de tecnología interna diseñada para regular y controlar el correcto funcionamiento del organismo. A todo esto hay que añadir un sistema de conexión exterior, un cordón umbilical extraible con el cual debe estar conectado a la "nueva madre mecánica".

Es evidente que todo ello fue posible porqué Marc Javis antes de morir de su cáncer y que este deteriorara totalmente su organismo se suicidió para que los de la criogenización tuvieran las máximas facilidades.

En definitiva, lo que aparenta un logro de la ciencia médica no es más que una prueba de laboratorio que demuestra que la vida no se hace cambiando piezas biológicas.

La película puede parecer un alegato a favor de la criogenización, es decir congelar el cuerpo para "revivirlo" cuando lo que le ha llevado a la muerte pueda curarse.

Sin embargo, es todo lo contrario. El propio protagonista explica que cuando Lázaro fue resucitado por Jesús, la vuelta a la vida de este le pareció extraña. Y es que la muerte no una decisión de la familia, aunque la sufra, sino una opción del alma encarnada.

La criogenización está impulsada por diferentes entidades con personajes como Ray Kurzweil, profeta de la llamada “singularidad tecnológica” principal apóstol de la criopreservación, y por supuesto director de ingeniería de Google. Asi que uno puede imaginar que esta película no sea de su agrado y no faciliten su difusión.

La criogenización es cómo el sueño de la eterna juventud abanderando la ciencia del futuro como posibilidad, una utopía tan higiénicamente limpia que se diría que lleva la muerte en su caparazón congelado.

En cualquier caso, a día de hoy, hay empresas en Rusia y Estados Unidos que cobran hasta dos cientos mil euros por criopreservar cuerpos humanos por una promesa sin garantías de nada.

Proyecto Lázaro deja claro que la vida existe gracias a la muerte y no para ser eterna en términos biológicos.

La eternidad no puede congelarse. La vida biológica nunca será eterna

Una cosa es mantener las neuronas intactas y por tanto con algunas habilidades y recuerdos, la otra es pretender que en ellas radica nuestra conciencia. Así que la reanimación tras la criopreservación de un ser muerto (cuya alma ha avanzado o ha abandonado el cuerpo, como explica claramente la física cuántica) es una fantasía tecnológica sin más.

Es interesante el debate que plantea (especialmente en la cena de despedida con las amistades del protagonista) y no es menos cierto que hay muchos científicos especulando sobre el tema con congresos incluidos.

La  gran manipulación con la que someter a la humanidad es el miedo a morir y por ello todo lo relacionado con la vida después de la muerte se califica de especulaciones, cuando a día de hoy las experiencias cercanas a la muerte y la física cuántica dejan claro que hay vida después de la vida.

Se trata de una película que, de todos modos, más allá de la apariencia tecnocientífica futurista permite debatir sobre la vida misma y no olvidar que la mejor vida es la que tenemos en el momento presente.

En la película queda claro que ninguna promesa de vida futura pueda ser mejor que la presente y lo demás es seguro un espejismo.

El protagonista reconoce que "El Dr. West y su equipo han tenido que enfrentarse a numerosos problemas tras la reanimación y todas sus soluciones han sido insufribles, operaciones constantes, extirpación de órganos, coma inducido, control externo de las constantes vitales, administracion de drogas de todo tipo para el dolor y reacciones adversas, y más drogas para paliar los efectos de las mismas, etc., etc., etc."

Los personajes y la historia misma que los envuelve, nos va recorriendo por aquellos aspectos concretos que son los que de verdad determinan la calidad de vida.

Volver a no ser nada, descansar en paz

Frente a una muerte terminal, la mejor opción es dejarse acompañar por las personas que amamos y que nos aman en este presente, más que imaginar algo mejor en el futuro.

La película no sólo se centra en una abierta crítica sobre las posibilidades de la ciencia biológica y médica, aunque esta alardee que algún día podría controlar la vida. Y es que más allá de la mera funcionalidad fisiológica, en la vida humana hay otros factores que escapan a la lógica científica.

Proyecto Lázaro, también nos muestra un futuro en el que el amor o la libertad sexual no está muy alejado de lo que ya pasa en la actualidad. En 2084, los seres humanos no son esclavos del amor romántico y profesan el amor verdadero.

Algunos de los elementos de esta película permiten pensar que se hayan inspirado en aspectos tecnológicos del episodio The Entire History of You de Black Mirror (Charlie Brooker, desde 2011).

Las determinaciones trascendentales de su protagonista, Marc Jarvis, respecto a su vida, con saltos en el tiempo hacia adelante y atrás, convierten el discurso narrativo del film en un poco complejo, aunque soportado por la voz en off.

"Como la mayoría de la gente de mi época no estaba preparado para morir, pero tampoco para vivir así. Soy incapaz de aceptar nada que no sea del Olimpo joven del mundo publicitario y acostumbrado a la existencia extática de un escaparate, un cielo para los escépticos...

Señoras y señores del futuro, espero que con esta historia os transmita mi ultimo deseo, volver a no ser nada, desaparecer, descansar al fin en paz."