Tan fuerte, tan cerca
Sandra Bullock, Tom Hanks, Thomas Horn, Max von Sydow, Viola Davis, Jeffrey Wright, John Goodman, Zoe Caldwell
Oskar Schell es un niño de nueve años afectado del síndrome de Asperger que pierde a su padre, Thomas Shell, en los ataques terroristas contra las torres gemelas el 11 de septiembre de 2001. Oskar es un chico muy inteligente, y su padre lo sabía. A menudo lo animaba a descubrir cosas nuevas, metas, lugares, situaciones y a tratar de resolver enigmas.
Tan fuerte, tan cerca es un film sobre la superación del dolor y la aceptación del mismo cuando este secuestra nuestras vidas. La historia se desarrolla a partir de una "aventura" o descubrimiento personal de la que destacan momentos excelentes como cuando el niño y el abuelo mudo escuchan los mensajes en el contestador, uno de su padre y el otro de su hijo, ahora ausente y demuestra su amor a su madre separados por una puerta.
Es una película basada en la historia de superación de la pérdida del padre por parte de un niño. Sin embargo, esta pérdida está asociada al drama colectivo de los atentados en Nueva York del 11 de Septiembre.
Así que la cinta contiene un dramón antológico en el que el espectador queda sometido a una dilatada búsqueda por parte de un niño enfermo con lo que en muchos puntos sobrepasa la dosis de edulcorante agrio. El niño protagonista de la cinta el actor Thomas Horn, quinceañero en el momento interpreta a un chaval menor, con un personaje complicado afectado por el síndrome de Asperger.
Una aproximación a las fases del duelo
El film intenta ser también una aproximación vital a esta realidad que a veces nos pasa desapercibida que es la cantidad de personas que entran y salen en nuestras vidas. Quizás esta sea el verdadero interés del mismo en cuanto a reflexión sobre la vida y la muerte. El guion de Tan fuerte, tan cerca busca transmitir a través de su historia los cinco estados del duelo: 1) Negación; 2) Ira; 3) Negociación; 4) Depresión; y 5) Aceptación. Y ese viaje a través los diversos estados pasa por momentos emocionante y otros algo agotadores.
Los mensajes se suceden de una forma impresionante, especialmente, a partir de una voz en off del niño que a veces se hace cansina junto a los mensajes de su padre "Si no lo intentas nunca lo sabrás. Nunca dejes de buscar. Si el sol fuera a explotar... ni siquiera lo sabrías hasta los 8 minutos. Porque es lo que tarda la luz en llegar a nosotros, por ocho minutos el mundo aún tendría luz y aún sentiríamos calor.
Son esenciales también los primeros planos de sus ojos que consiguen dar algo de contenido a un planteamiento general sensiblero, que busca la lágrima fácil y que está marcado por la manipulación de los sentimientos del espectador.
Al ser un niño con síndrome de Asperger, aunque el film lo retrata de una forma poco ortodoxa respecto a lo que es esta dolencia si que comparte algunos de los rasgos del mismo. Lo vemos con frases como "A las personas no les gustan los números, son más como letras y esas letras están tratando de convertirse en historias y papá decía que las historias deben de ser compartidas" o bien "¿Por qué los humanos son los únicos animales que pueden verter lágrimas?"
Tan fuerte, tan cerca es una extraña sucesión de instantes maravillosos con otros que se aproximan a la pedantería, a veces llenos de palabrería que no deja saborear la narrativa visual que nos propone el director que ha confeccionando un meritorio conjunto pero que no alcanza la excelencia. Sin embargo, la banda sonora de Alexandre Desplat nos regala una sinfonía estupenda.
Max Von Sydow en el papel del abuelo constituye una pieza clave ya que destaca porque a lo largo de todo el metraje sin pronunciar una palabra nos ofrece una actuación magistral. El resto del reparto, incluido Tom Hanks y Sandra Bullock quedan eclipsados, aunque su presencia es mínima.