Julián es un actor argentino exiliado que vive en Madrid y que está atravesando momentos difíciles, ya que padece cáncer y decide afrontar sus últimos días sin tratamiento. Julián recibe la visita inesperada de su amigo Tomás, un matemático que trabaja en una universidad de Canadá, al que han puesto sobre aviso de la enfermedad de su amigo.

Los dos amigos, junto a Truman, el perro de Julián, pasarán unos días maravillosos recordando viejos tiempos, viviendo situaciones peculiares y cómicas mientras solucionan la principal preocupación del actor: encontrar un nuevo hogar para Truman.

El tema de la muerte visto desde la voluntad de hacerle frente con humor, pero también con una sensibilidad poco común.  Truman aborda las reacciones ante lo imprevisto, como el desconsuelo y lo desconocido implícitas siempre que se afronta la muerte.

La amistad más allá de la muerte

La película parte de valores firmes como la amistad expresada a través de la relación entre los dos hombres, el que padece y el que acompaña. Una amistad pues que se convierte en la chispa que les conjura para vencer el miedo. El perro, es quien marca en parte el ritmo de la película y a la vez es un elemento que ayuda a aligerar el peso de la temática.

Una de las escenas más interesantes es cuando Julián va con su amigo a la funeraria para escoger los productos que han de estar en su funeral. Es un buen ejemplo de lo que se debería hacer para planificar la propia ceremonia funeraria.

Truman es un intento de dar sentido a la confusión, la incertidumbre y lo desconocido; el intento de perder el pánico que a todos nos invade cuando la vida nos sitúa ante la enfermedad y ante el final que se acerca; el nuestro o el de alguien querido; una mirada sobre cómo reaccionamos ante lo imprevisto, el desconsuelo y lo desconocido", según su director. 

El perro que no pudo recoger su premio

La película se convirtió en la gran triunfadora de los Premios Goya del 2016, consiguiendo 5 estatuillas en las categorías principales: Película, Dirección, Guión original, Actor protagonista (Ricardo Darin) y Actor de reparto (Javier Cámara).

En la presentación de la película en el Festival de San Sebastián de 2015, el actor Ricardo Darín desveló que el perro se llamaba en realidad “Troilo” y que estaba entrenado para trabajar con niños autistas. El actor reveló entre lagrimas que, desgraciadamente, “Troilo”, su compañero de cartel, había fallecido. Darín, un gran amante de los animales, reconoció que la muerte del perro le afectó de manera especial.