Un monstruo viene a verme  es la puesta en el cine del cuento infantil de Patrick Ness (también guionista del film) que nos narra la realidad y las fantasías de Connor O´Malley, un chico que a sus 12 años que ha tenido que asumir muchas responsabilidades.

Un niño que vive en el dilema de no aceptar la separación de sus padres, a la vez que se enfrenta a la enfermedad irresoluble de su madre. En esta realidad, tanto de la muerte como la complejidad de la vida arrollan cada noche al niño.

A partir de ahí nace la cita a los siete minutos pasada la media noche con su “monstruo” representado por un tejo centenario y gigantesco a través de la cual se inicia la fantasía de sus encuentros nocturnos arbóreos.

Una fantasía que se desarrolla en el formato de cuatro cuentos a modo de fábula para guiar al protagonista en la aceptación del dolor que le causa ver la pérdida vital de su madre.

Sobre los miedos fundamentales

Un monstruo viene a verme trata del acoso escolar, de la pérdida, del cáncer, de los progenitores ausentes, de los dramas familiares y de la soledad. 

Tras la separación de sus padres y la grave enfermedad que padece su madre, se ha visto obligado a tomar las riendas de su hogar.

Además, debido al acoso escolar que sufre en el colegio, ha creado un mundo de fantasía plagado de hadas, duendes y demás criaturas maravillosas, que le permite escapar de su rutina y superar sus miedos.

Porque incluso en su propio ambiente familiar, su inventiva tiene que enfrentarse a la visión responsable de su abuela. Pero las historias del monstruo son a la vez los mensajes de la madre para preparar al hijo ante su partida.

El viejo tejo recuerda a Connor: "¿Cómo puede un príncipe ser asesino y salvador? ¿Cómo puede un boticario tener mal carácter pero pensar bien? ¿Cómo pueden los hombres invisibles sentirse más solos al ser vistos?"

Y el viejo tejo contesta enfadado: "No lo sé. Tus historias nunca tuvieron ningún sentido para mí."

A lo que el tejo en forma de monstruo le advierte:  "Porque los humanos son bestias complicadas. Crees en mentiras reconfortantes y conoces muy bien las verdades dolorosas que hacen que esas mentiras sean necesarias. Es un milagro que puedas sobrevivir. Al final, Conor, no importa lo que piensas, sólo importa lo que haces."

Esta es la moraleja de una historia en la que a la vez que nos agarramos a lo querido tenemos el valor para soltarlo y dejarlo ir. Como le dice el tejo al niño el final de la historia: "Termina con un niño aferrándose fuerte a su madre y, al hacerlo, finalmente puede dejarla ir."

Una coproducción española de alto nivel

La adaptación al cine ha sabido captar la emotividad, la sensibilidad de la historia original. A diferencia del cuento, la película combina una animación llena de sensibilidad y a la vez una fantasía modelada de sentimientos y pensamientos útiles para superar el duelo.

En sus últimas escenas la historia nos llevará irremediablemente al llanto más emotivo, una reacción inevitable cuando el protagonista debe asistir a la mayor de las pérdidas a las que un niño puede enfrentarse.

Su director, Juan Antonio Bayona regala algunos planos espectaculares, secuencias de animación rebosantes de arte, una banda sonora excepcional y efectos especiales que cumplen de sobras con el objetivo de dar vida al espectacular monstruo arbóreo.