La Bios Urn es un receptáculo en el cual las cenizas humanas servirán de abono para dar fertilidad a la tierra en la que se planta la semilla de un árbol.

Diseñada en Cataluña, se trata de la primera urna cineraria pensada para que nuestras cenizas sirvan de sustrato para hacer crecer un árbol a modo de símbolo de nuestra eternidad.

Seamos incinerados o inhumados el resultado final es convertirse en polvo. En algunas culturas se afirma que somos "polvo de estrellas" y también es cierto pues las estrellas no son eternas, nacen, viven y mueren y cuando lo hacen se esparcen en átomos.

Nuestros átomos estuvieron en algún momento en el interior de una estrella y los elementos que nos crean formaron parte previamente de alguna parte del universo, y tal vez, en miles de millones de años más pasen a formar parte de una nebulosa, y así el ciclo estelar continúa,

En un ámbito más terráqueo, nuestras cenizas son elementos naturales que puede ser útiles para la fertilidad de los suelos donde crecen árboles y plantas.

Para muchas personas, sentir que sus átomos pueden reintegrarse en la naturaleza y que sus descendientes forman parte de la esencia de un árbol les permite crear un vínculo emocional con su entorno que es muy terapéutico.

 

 

Un diseño excepcional e inteligente

Gerard y Roger Moliné son los creadores de la urna ecológica, Bios Urn concebida para demostrar que cuando el diseño y la naturaleza trabajan conjuntamente muestran que podemos cambiar el mundo.

En su concepto esta urna que urna pretende cambiar la manera como la gente ve la muerte es un receptáculo en el cual las cenizas humanas servirán de abono para dar fertilidad a la tierra en la que se planta la semilla se un árbol.

La urna Bios Urn se creó como prototipo en 1997 pero no se empezó a comercializar a gran escala hasta el 2013  que se fabrica y gestiona comercialmente desde la ciudad pirenaica de la Seu d’Urgell (Cataluña), población de donde es originaria la familia Moliné.

La mayoría de sus clientes coincide en destacar que el uso de la Bios Urn les ha ayudado a poner el acento en la vida y no el final de ésta, cuando fallece un ser querido.

Otros usuarios destacan que les aporta consuelo y paz, a la vez que este pequeño gesto contribuye a dejar el planeta mejor que lo encontramos. 

La empresa Bios Urn tiene las oficinas centrales en Barcelona y una sede comercial en California, Estados Unidos, ya que es donde se desarrolla su principal mercado.

Venden más de quince mil urnas en quince países del mundo, aunque su principal mercado es EEUU y Canadá países que acaparan la mayoría de ventas de Bios Urn, seguido por Europa (Francia y Bélgica).

Desde el 2016 las urnas ecológicas de Bios Urn se comercializan también en Argentina, Chile Australia Nueva Zelanda, China y Japón.


Una incubadora de plantas con cenizas

Tras el éxito de la Bios Urn iniciaron un nuevo producto que lo complementa: la Bios Incube. Se trata de una incubadora de plantas creada con la voluntad de ayudar a familiares y amigos a garantizar el óptimo crecimiento de la semilla que se ha de transformar en un árbol o arbusto.

La Bios Incube tiene por objetivo ayudar a aquellas personas que viven en grandes ciudades y no tienen muchos conocimientos del cuidado de plantas, y que además desean seguir en contacto cercano con sus seres queridos. 

La Bios Incube se controla con una aplicación para el móvil e incorpora unos sensores que permiten dosificar el riego automático de forma homogénea alrededor de la semilla

Toda la electrónica y sensores controla los niveles de exposición a la luz, la conductividad eléctrica, la humedad y la temperatura ambiente en la tierra captada a través de unos. Esta red de sensores tiene una autonomía de tres semanas con solo 30 minutos de conexión eléctrica.

El éxito de estos productos lo avala la respuesta de las personas que han utilizado las urnas para semillas y son muchos los testimonios que han dejado constancia del agradecimiento a un producto que consideran esencial para un buen duelo.

Una curiosidad

En Barcelona, el famoso gorila albino Floquet de Néu, capturado en Guinea Ecuatorial el 1966, y que vivió más de 40 años en el Zoo de Barcelona, también está vinculado a la Bios Urn.

Después de su muerte el año 2003 fue incinerado y sus cenizas se utilizaron como nutrientes en una de las primeras Bios-Urn que se fabricaron. La urna con sus cenizas se plantó en el mismo zoológico con una semilla de la especie Calodendrum capense, que dio vida a un hermoso árbol africano de flores rosas.

 

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