La Cooperativa Funeraria de Nantes, es la primera que se crea en Francia como cooperativa de servicios funerarios y desde ella proponen funerales éticos y ecológicos a un precio razonable y transparente.
Se empieza a gestarse en 2012 cuando una de las fundadoras, Sabine Le Gonidec, tras vivir la experiencia de la muerte de su madre con la empresa de pompas fúnebres, toma conciencia del oligopolio funerario.
Tras adentrarse en el tema se da cuenta que la mayor parte de estas empresas funerarias locales van siendo compradas poco a poco por dos grandes grupos: Funecap Group y OGF, este último en manos de un fondo de inversión canadiense.
Lamentablemente, la tónica de estos grandes grupos funerarios y que puede apreciar cualquier persona mínimamente observadora, es que no innovan y se centran en la máxima rentabilidad del negocio. Cada año incrementan los precios y ganan más dinero (1).
Así pues, con espíritu de servicio a la ciudadanía en los últimos momentos de la vida e inspirándose en el modelo de las cooperativas funerarias canadienses, tres mujeres, Sabine Le Gonidec, Brigitte Brodin y Sophie Dronet, se unen en la ciudad francesa de Nantes, para crear la primera cooperativa funeraria de su país.
Desde su inicio hasta mediados de 2019 suman ya 400 socios, entre los que hay desde asociaciones de jubilados hasta ciudadanos comunes que desean cambiar las prácticas del sector.
Así mismo hasta mediados de 2019 tenían 120 servicios en su activo, aunque son conscientes que para ser viables deberían acompañar ocho servicios al mes, hasta llegar a un centenar al año. En la cooperativa son conscientes que abrirse camino no es fácil debido a la presión del oligopolio funerario.
Una de las claves de su diferenciación es también el compromiso ambiental en cada uno de los elementos que emplean en la ceremonia. La sala de acogida emplea materiales reciclados y la decoración es de una artista local.
Los ataúdes que suministran o son de cartón o con madera sin barnices, las urnas son biosolubles, los nichos se vegetalizan más que colocarles marmolería y cuando se solicita se hace con piezas recicladas.
Evidentemente apoyan la creación de cementerios naturales como el de Niort, pero no existe todavía en Nantes una iniciativa parecida. Más allá de los productos ecológicos empleados, el servicio principal que ofrece la cooperativa se centra en organizar una ceremonia vivencial que se adapte al máximo a lo que el ser querido esperaria.
En la Cooperativa Funeraria de Nantes,el producto estrella que ofrecen son los ataúdes de cartón están disponibles a partir de 535 € uros para el modelo básico y pueden llegar a los 1.120 € (precios 2019) para modelos personalizados.
Los ataúdes de cartón permiten personalizarlo según el deseo de las familias. El ataúd de cartón puede imprimirse con una foto en muy alta definición escogida por la familia. Se trata de ataúdes homologados y que ningún crematorio puede rechazar por ley.
El valor del servicio de la cooperativa está en cocrear con la familia la mejor despedida posible, ya que esta será clave para facilitar el duelo natural y dará la posibilidad de sentir la muerte desde una perspectiva más activa.
En algunos casos han ayudado a decorar un ataúd de cartón con pinturas del difunto. En otras ocasiones en homenajear al fallecido con su canción preferida interpretada por una coral multitudinaria.
Sus clientes no dudan que el verdadero servicio funerario de la cooperativa radica en saber impregnarse de la historia del difunto, de facilitar y acoger las emociones de la familia, en definitiva, de ofrecer un acompañamiento global.
Hay una multitud de buenas razones para preparar con esmero la despedida o ceremonia funeraria. La más importante es facilitar que los seres queridos del fallecido tengan una vivencia a imagen y semejanza del difunto.
Las responsables de la cooperativa reconocen que es importante hablar del tema y elegir cómo queremos que sea el funeral. Pero si no ha habido esta previsión, el papel de la cooperativa es dar el apoyo para lograr la mejor vivencia posible de acuerdo con el sentir de los familiares y el fallecido.
Más allá de las tarifas, la cooperativa quiere romper la imagen de las funerarias llenas de mármoles y coronas. Los huéspedes se reciben en un salón acogedor de estética luminosa y materiales reciclados. Las ceremonias se co-diseñan y organizan con los familiares para que el evento sea de su agrado.
La Cooperativa Funeraria de Nantes, como es habitual en este tipo de organización de servicios, la forman los socios. Sus fundadoras a su vez son asalariadas de la cooperativa, aunque hay treinta y dos miembros fundadores firmantes.
El capital inicial aportado era desde 20 euros hasta 5.000 euros. Pero cada socio es un voto y los socios que se van incorporando cada año son colectivamente propietarios de la cooperativa y, por tanto, beneficiarios de los precios que se ofrecen.
La diferencia con una empresa funeraria clásica es que la cooperativa no necesita buscar ganancias a toda costa para enriquecer a los accionistas.
Cómo reconocía una de sus fundadores ofrecen funeral básico con un precio fijo, calculado en base a un número promedio de horas de preparación.
Una cooperativa se administra de manera desinteresada, por lo que sus tarifas se utilizan principalmente para cubrir los costos y permitir que la cooperativa crezca con una gestión optimizada para beneficiar a los miembros y clientes.
Ayudar a tomar decisiones
La misión de la cooperativa funeraria es ayudarlo a tomar las decisiones correctas para que todos los elementos de la ceremonia funeraria sean compatibles con la forma de pensar y acorde a los principios.
De ahí que desde el primer momento ponen su expertía ya sea para organizar un funeral eco-responsable, simple y económico o un funeral más tradicional.
Desde el momento en que se contrata a la cooperativa, se aplica un servicio básico que ronda los mil euros. Luego hay que añadirle los servicios que se escojan.
Siguiendo los principios del movimiento cooperativista, el coste de sus servicios es totalmente transparente (algo nada fácil de ver en las funerarias de España).
Evidentemente, los costes que se imputan no incluyen los servicios inútiles para una muerte respetuosa con el entorno y la dignidad del fallecido.
Las empresas funerarias convencionales ofrecen servicios no necesarios como la tanatopraxia o la sala de exhibición o vela.
En Francia dado que la legislación no obliga a enterrar de inmediato y deja tiempo suficiente para preparar una ceremonia única de despedida. Esto facilita la participación de la mayoría de familiares y allegados ya que se puede programar con tiempo.
Las funerarias convencionales a menudo colocan precios altos en la marmolería, la ornamentación floral o el ataúd.
Los miembros de la cooperativa se benefician de un descuento del 10% en los productos funerarios, pero no es necesario ser socio para beneficiarse de sus servicios.
El precio que cobran las cooperativas por los servicios funerarios es simplemente el justo por el tiempo invertido con las familias para preparar la ceremonia.
Nótese que (mayo de 2019), el coste de un servicio funerario básico ofrecido por la cooperativa funeraria de Nantes era de 2.753,24 euros (IVA incluido del 20 %), cuando la media de un servicio funerario en Francia es de 3.800 euros (2).
La fórmula de la cooperativa funeraria es una alternativa frente a un mercado funerario que se aprovecha de la vulnerabilidad del cliente y colarle todos los productos que ofrecen. Eso sí, a beneficio de la "felicidad eterna del fallecido".
Más allá de ser un instrumento para el cambio socioeconómico y democrático, las cooperativas funerarias ofrecen una alternativa real a los consumidores basada en valores éticos.
Asociarse a una cooperativa funeraria es romper la cadena del abuso económico que impone el oligopolio funerario, cuyo único objetivo es obtener la mayor rentabilidad.