La hidrólisis alcalina destruye los tejidos orgánicos para convertirlos en compuestos bioquímicos más simples a través de un proceso químico oxidativo que reduce la materia orgánica a un polvo inorgánico.
El proceso provoca la disolución de la materia orgánica (menos los huesos) la cual se logra con una solución de agua caliente al 95 % que contiene un 5 % de un producto químico muy agresivo: el hidróxido potásico.
Al final del proceso se puede extraer los metales de prótesis. Luego se trituran los huesos y junto al polvo obtenido se convierten en cenizas
En cualquier caso, la hidrólisis alcalina es una propuesta para disponer de un método de menor huella ecológica que la incineración.
La hidrólisis alcalina ha sido utilizada tradicionalmente en las facultades de medicina para el estudio forense.
La hidrólisis alcalina se ha utilizado tradicionalmente en las facultades de medicina para acelerar el proceso de descomposición natural de un cadáver con el fin de disolver el tejido orgánico y disponer de los huesos blandos.
Como proceso de tratamiento post mortem, la hidrólisis alcalina está registrada con los nombres comerciales de las empresas fabricantes: Resomation, Green Cremation y Aquamation.
Cada una tiene sus pequeñas diferencias como someter el cuerpo a la solución alcalina a menos temperatura, 100 ºC pero durante más tiempo, unas 12 horas, etc.
La hidrólisis alcalina es una técnica que consiste en sumergir el cuerpo en un contenedor de acero presurizado (40 psi) con un 95 % de agua y 5 % de hidróxido potásico líquido a una temperatura de 150 a 170 ºC en una solución que alcanza un pH de 14, y a la cual se somete a un precalentamiento previo a 77 ºC.
Estas condiciones de alcalinidad a alta temperatura y presión durante un lapso de dos a tres horas sobre el cuerpo, acelera el proceso de degradación de los tejidos por oxidación forzada.
La hidrólisis alcalina se argumenta como un proceso mucho más ecológico en comparación con la cremación convencional en los hornos con llama de gas o electricidad.
El resultado es la desagregación de los tejidos de los huesos y una disolución de los mismo como materia orgánica en suspensión que habrá que filtrar.
Los huesos se filtran y se secan antes de pulverizarlos. La mezcla de aminoácidos, péptidos, azúcares y sales que quedan en el contenedor, tras filtrarlos de la solución alcalina, pueden reutilizarse como fertilizante o disponerse como residuo de manera segura.
Según sus promotores, la hidrólisis alcalina reduce en más de un 75 % la huella de carbono y utiliza un octavo de la cantidad de energía requerida. Además, en el proceso de la hidrólisis alcalina, el mercurio de las amalgamas se quedan en el caldo que luego se reciclará.
Para cada cadáver se precisa de una solución acuosa de unos 600 litros, pero que luego se puede depurar y recuperar en buena parte.
De lo que no hay duda es que la hidrólisis alcalina consume mucha menos energía que la cremación convencional. El residuo que se obtiene son bioproductos no contaminantes, en cambio los gases del horno crematorio son compuestos orgánicos volátiles tóxicos que hay que filtrar y algunos escapan al filtrado.
La oposición a la hidrólisis alcalina está relacionada con cuestiones sociales más que tecnológicas y ambientales ya que para algunas concepciones religiosas no es fácil aceptar que el cuerpo sea disuelto en un caldo químico.
En cualquier caso, en términos de recuerdo memorial, las cenizas que se obtienen de los huesos procesados por la hidrólisis alcalina son más puros y más humanas. En cambio, las cenizas de la cremación convencional van mezcladas con los restos pulverizados del ataúd.
En el caso de las mascotas, la hidrólisis alcalina es legal actualmente en todo Estados Unidos y Canadá.
En la Unión Europea sólo está autorizado para el tratamiento de subproductos de origen animal no destinados al consumo humano (SANDACH).
En el caso de los seres humanos, es legal en 20 estados y 4 provincias, así como en otras partes del mundo, entre ellas: Alabama, California, Colorado, Connecticut, Florida, Georgia, Idaho, Illinois, Kansas, Maine, Maryland, Minnesota, Missouri, Nevada, Carolina del Norte, Oregón, Utah, Vermont, Washington, Wyoming.
También se practica en los Territorios del Noroeste, Ontario, Quebec, Saskatchewan, Costa Rica, México, Sudáfrica, Reino Unido (en estudio) y Holanda (ver estudio de la huella ecológica).
Desmond Tutu (1931-2021), una de las figuras más importantes en la lucha contra el apartheid durante la década de los ’80 y Premio Nobel de la Paz, fallecido en Sudáfrica, solicitó que su cuerpo fuera disuelto en un digestor de hidrólisis alcalina. Es el primer personaje público en elegir esta tipología de cremación verde.