Los cuentos son un recurso pedagógica que nos facilita la comprensión del fenómeno de la muerte como un proceso más de la Vida. Para poder cambiar la cultura actual de negación de la muerte, esta hay que asumirla desde que somos pequeños.
Para impulsar el espíritu de la muerte positiva, asumir el ciclo de la vida, y acercarnos a la inteligencia emocional frente a la pérdida disponemos de los cuentos. .
Los cuentos podemos facilitar la comprensión del fenómeno de la muerte como un proceso más de la Vida. Leer cuentos es una de las opciones recomendables para impulsar la cultura del funeral natural.
El gran poeta Antonio Machado escribió "La muerte es algo que no debemos temer porque mientras nosotros somos, la muerte no es, y cuando la muerte es, nosotros no somos".
Sin embargo, en nuestra sociedad apartamos la muerte de nuestra cotidianidad, y por omisión impide que en nuestra educación estemos preparados para nuestra defunción ni tampoco para las de las personas que nos rodean.
La muerte no forma parte de los currículums escolares, excepto cuando esta aparece de repente en alguno de los alumnos. Entonces, se intenta dar una respuesta al duelo de forma a menudo poco preparada.
Otro gran escritor, en La vida perenne (2015), José Luis Sampedro, escribió: "en lugar de reconocer que la muerte es el coronamiento de la vida, que forma parte de ella, que es el episodio final, la bajada del telón, en vez de educarnos en esa idea, escamotean el momento y no nos habitúan a pensar que uno es mortal".
Este es el contexto en el que nos movemos y de ahí que es preciso salir de la visión trágica y sensación de miedo a la que otorgamos a esta realidad imprescindible para vivir.
Comprender que todo ser humano es mortal, es imprescindible para afrontar de forma positiva las pérdidas que se sucederán a lo largo de nuestras vidas y comprender que cuando alguien parte definitivamente, es cuando toma un verdadero sentido la vida compartida.
Una de las herramientas útiles para comprender mejor la realidad de la muerte son los cuentos.
Los cuentos nos facilitan la reflexión sobre un tema que nos causa temor, pero es imprescindible entender el fenómeno de la muerte como un proceso más de la vida.
Ofrecemos en estas páginas una selección de cuentos ilustrados para trabajar el duelo que pueden interesarte.
Hay que reconocer que el duelo no es precisamente un proceso fácil de afrontar, pero algunos expertos han señalado que se trata de una respuesta universal que afecta a los seres humanos de todas las edades y culturas. Que es un proceso personal y que cada persona lo experimenta de forma diferente, pero con reacciones emotivas y mentales parecidas.
Algunas de estas realidades ligadas a la pérdida son:
-Cuando una persona fallece, esta no vuelve. Esto obliga a una aceptación tanto intelectual como emocional. Intelectual para asumir la mortalidad de todo ser humano y emocional dado que lo compartido con la persona que ha partido se queda sólo en nuestro recuerdo. De ahí que la educación en el duelo es imprescindible.
- La ausencia del fallecido nos obliga a tomar otra visión sobre el sentido de la vida. Esto afecta especialmente a los lazos emocionales que establecimos con la persona fallecida. En el caso de los niños que pierden a sus padres o hermanos esto es realmente complejo y precisa de atención psicológica.
- Encontrar un nuevo lugar a la biografía personal o de la persona fallecida es imprescindible. No se trata de olvidar, sino de reubicar emocionalmente a las personas que ya no están.
- Aprender a adaptarse a una nueva realidad en la que la ausencia del fallecido se convierte en permanente. Esto obliga a asumir roles distintos en un nuevo medio sin esa persona.
Cada uno de estos aspectos se pueden trabajar de forma extraordinaria a través del recurso pedagógico implícito en los cuentos y fábulas.
Un cuento es algo más que una narración breve, de trama sencilla. En esta forma narrativa lo que destaca es el desarrollo de una acción concentrada en el tiempo y en el espacio. El cuento es un relato corto que conlleva una sucesión de situaciones que son comunes a la mayoría de las culturas humanas.
Tras cualquier cuento hay mensajes que hacen referencia a los problemas humanos universales, y es por eso que se emplean desde hace siglos por su capacidad de estimular el aprendizaje educativo.
El relato que da sentido a un cuento no sólo nos permite reflexionar sobre la experiencia vivida por el personaje sino que sobretodo nos pone frente a un espejo ofreciéndonos una imagen de nosotros mismos y por tanto, refuerza nuestra confianza personal para hacer frente a nuestra realidad reflejada en la ficción del cuento.
Cuando valoramos trabajar el duelo y la muerte con cuentos hay tres realidades a las que atender y que debemos buscar a la hora de seleccionar un relato para leer o recitar:
-La mortalidad de todo ser humano y en general de todo ser vivo.
-La omnipresencia de la muerte en cualquier aspecto de la Vida.
-La presencia no física de aquellos que murieron.
Debemos pues partir de la idea que la muerte es un hecho natural, tan inherente a la vida como otros acontecimientos de los que se habla con naturalidad a los niños.
Existe una tendencia por parte de los adultos a ocultarles o a disfrazar la muerte, probablemente guiados por la idea de que hay que protegerlos de sucesos negativos. Pero, esta no es una opción para el largo recorrido vital de un ser humano.
No es un tema fácil de abordar, pero disponemos de un recurso pedagógico inestimable: el cuento.
A las/los niñas/os les encanta que les lean cuentos. Aprovechando esta apetencia podemos introducir el tema de la pérdida como algo natural de la vida, ya sean personas queridas o bienes materiales, a través de cuentos y fábulas.
Hemos recopilado una selección de 30 libros de cuentos relacionados con el duelo y la muerte.
No es la única, (1), (2) (3) y a buen seguro que se nos escapan otras obras. Además de libros de cuentos para leer, a día de hoy también se pueden encontrar cuentos animados a través de la plataforma Youtube.
Por tanto, no tenemos excusas para introducir el tema aunque no haya todavía ningún fallecido en la familia o el entorno más próximo, ya que la muerte, actualmente ronda siempre por las noticias de diario.
Afrontando el destino mortal
El deseo del ser humano de poder escapar de su destino de la muerte es una realidad personal e intransferible que no se puede evitar ni con todo el dinero y el poder del mundo.
La muerte es una realidad que nos acecha y de la cual no podemos huir. Solo siendo conscientes de su continua presencia nos permite aceptarla como un evento natural cuya principal función es facilitarnos aprovechar al máximo cada momento que nos brinda la Vida.
Finalmente, los cuentos nos pueden ayudar a comprender la importancia de utilizar los recuerdos como nexos de unión con nuestros seres queridos fallecidos. Es de esta manera que podemos reubicar emocionalmente a las personas que murieron. Es así como podemos adaptarnos a la nueva realidad de vivir sin la presencia de la persona querida.
En cualquier caso, estas tres ideas: lo inevitable de la muerte, su condición de aparición imprevisible y de que hay que aprender a vivir con la pérdida son el eje de muchos cuentos y fábulas.
Los cuentos son auténticos vehículos educativos que llegan a influir en las formas de pensar, sentir y actuar de cualquier sociedad. Los cuentos mejoran la capacidad de de aprendizaje y la comprensión de realidades complejas como es la temporalidad como seres vivos.
La pedagogía de la muerte y el duelo basada en los cuentos y fábulas es por tanto una poderosa herramienta a menudo poco utilizada. Una herramienta que es recomendable emplear de forma preventiva para reforzar nuestra condición de seres mortales y aceptar la pérdida cuando esta aparece.
Hay unas casi tres mil especies de un insecto conocido como efímeras y que son populares porque suelen volar todo el verano cerca de hábitats acuáticos como ríos y lagos. La mayor parte de las efímeras viven poco tiempo y son bichos de unos pocos centímetros. Sin embargo, una de las especies de efímeras, la más sorprendente, la efímera de cola larga (Palingenia longicauda) mide hasta 12 cm sin contar la cola. Esta singular especie con un ciclo de vida igualmente particular ya que la vida del adulto es de muy corta duración se encuentra en los ríos cercanos al Delta del Danubio. Todas las fotos de este artículo pertenecen a a la efímera de cola larga, cuyo ciclo biológico es una metáfora poética sobre la Vida.
Hay un reportaje fotográfico espectacular de Solvin Zankl digno de ser visualizado sobre esta efímera.