Los Café de la Muerte o Death Cafe es una convocatoria en la que se reúnen personas para tomar un tentempié y hablar sobre la muerte.
El objetivo de la actividad es aumentar la conciencia de la muerte con el fin de ayudar a las personas a aprovechar al máximo la vida finita que disfrutamos como seres humanos.
Los Cafés de la Muerte son reuniones de personas para dialogar o reflexionar entorno a las cuestiones relacionadas con la muerte.
En un Café de la Muerte, las personas que participan a menudo no se conocen, pero se reúnen para tomar un tentempié, un café o un té y hablar sobre la muerte.
El objetivo de la convocatoria es el diálogo para aumentar la conciencia de la muerte. Su fin es la ayuda mutua para aprovechar al máximo la Vida finita que disfrutamos como seres humanos.
Death Cafe (Cafés de la muerte), fueron creados en el Este de Londres en septiembre de 2011, en el sótano de la casa de un hombre llamado Jon Underwood, quien renunció a su trabajo como director de desarrollo de negocios para crear un espacio particular.
La idea de celebrar un ‘Death Cafe’ partió del sociólogo suizo Bernard Crettaz (1938 -2022) y su mujer Yvonne Preiswerk (1937-1999). Ambos, bajo el paraguas de la Sociedad de Estudios Tanatológicos de la Suiza francesa que contribuyeron a fundar en 1982, recuperaron la fórmula de los tradicionales cafés filosóficos de principios del siglo XX, pero centrados en dialogar sobre la la muerte. El primer ‘Café Mortel’ se organizó en 2004.
Tras más de un lustro de experiencia, en 2010 publicó la obra Cafés mortels: Sortir la mort du silence. Su idea era la de contrarrestar lo que él mismo llamaba el “secretismo tiránico” de la industria funeraria. Bernard Crettaz, murió el 28 de noviembre de 2022, pero el cineasta Nasser Bakhti ya tenía rodado el documental sobre su vida titulado "Crettaz" (2023) proyectado en los cines suizos a principios del 2024.
En la Suiza francófona existe la asociación EnVie de Dire la Mort, creada para seguir promoviendo de forma pública el diálogo sobre la muerte.
Años más tarde, en 2011, el londinense Jon Underwood, qun diseñador quién en el sótano de su casa convocó la primera reunión una tarde de septiembre. Tras aquella reunión sintió la necesidad de estructurarla para ahondar en la cuestión.
Asesorada por su madre, la psicóloga Sue Barshy, creó el código de conducta de los Death Cafe y la franquicia social (marca sin ánimo de lucro) quién le ayudó a desarrollar el modelo de estos, es decir, que las personas hablasen sin un tema, agenda o cualquier otra cosa preestablecida.
Las cuatro reglas de todo Death Cafe son sencillas: son sin ánimo de lucro y se organizan en un espacio accesible, pero íntimo. No son un grupo de duelo ni de terapia, pero se organizan en un ambiente íntimo. abierto y respetuoso, y no importa la creencia o condición. El objetivo es hablar con libertad de cualquier aspecto relacionado con la muerte. En estas sesiones no hay un experto o especialista que aborde un tema.
Por tanto, son reuniones en las que un facilitador vela porque el diálogo fluya en el marco del tema. Cuando son presenciales se puede tomar alguna bebida o pastas, ya que hablar de la muerte no es sinónimo de tristeza.sino todo lo contrario.
Jon Underwood murió y animó los Death Cafe de forma entusiasta hasta su último aliento súbito el 28 de junio de 2017 a causa de la leucemia que padecía; tenía 44 años.
Aunque el nombre puede confundir, un Death Cafe no son sitios concretos, sino convocatorias de diálogo en torno a la muerte. Por tanto no es más que un debate grupal sobre temas relacionados con la muerte, que se convoca de forma a menudo espontánea y sin unos objetivos concretos o temas preestablecidos.
Por eso el lugar de la convocatoria puede ser desde un centro social, un bar o la vivienda de alguno de los convocantes.
Para animar a otros a replicar aquellas reuniones, el Sr. Underwood (quien murió a la edad de 44 años en 2017), publicó pautas para las discusiones y un sitio web para que otros pudieran organizar "cafés de la muerte" e incitar el diálogo sobre el tema.
Cómo reconocía el escritor Neale Donald Walsch (1943 -) “Todos nos vamos a morir pero pocos nos lo creemos”. Así que un Café de la Muerte es una invitación a hablar abiertamente sobre lo que será nuestro último gran viaje de la vida.
Las discusiones o debates en un café de la muerte no tienen ningún presentador, ni líder, son gratis o de bajo costo, y están abiertas a todas las personas que quieran dialogar sobre los diferentes ámbitos relacionados con la muerte.
No son grupos de apoyo del duelo, sino convocatorias para la libertad de pensamiento entorno a la muerte. El sitio web de la organización británica se detalla el número de actividades en todo el mundo. Desde su creación en 2011 son más de quince mil convocatorias en más de 80 países. En España las convocatorias de Death Cafe son habituales.