Muerte Positiva, (Death Positive), fue impulsada en 2013 por Caitlin Doughty, cuando se preguntó que habiendo un millón de sitios web sobre cómo ser positivo en el sexo no había ninguna para ser positivo en la muerte.
Caitlin Doughty (autora de varios libros, tres de ellos traducidos al castellano: Hasta las cenizas. Lecciones que aprendí en un crematorio (2016) y De aquí a la eternidad (2018), ¿El gato se comerá mis ojos? (2023), así como de diversos vídeos del que destacamos Eco- Death Takeover).
También es la creadora de la Orden de la Buena Muerte, desde cuya plataforma digital Caitlin Doughty promueve otra manera de abordar el morir que se fundamenta en los principios del Death Positive.
Muerte Positiva (Death Positive) es un movimiento social para cambiar actitudes respecto a la forma de abordar el proceso de morir. Su principal compromiso o reto es el de alentar a las personas a hablar abiertamente sobre la muerte y los procesos funerarios deshumanizados.
Su función es abrir una grieta al silencio que hay en torno a todos los temas relacionados con la muerte, ya que sólo de este modo las personas pueden disminuir la ansiedad que rodea a la propia muerte.
En definitiva, incitar a reflexionar sobre cómo abordar el final de la vida y todo lo relacionado con el rito funerario con el que damos tratamiento al cuerpo difunto.
Compromiso con el buen morir
El movimiento Muerte Positiva es también un compromiso personal de un colectivo de personas implicadas en alertar sobre la censura cultural sobre la muerte. Consideran que es imprescindible promover debates abiertos sobre la muerte con el fin de estimular la curiosidad humana natural sobre esta.
En definitiva, aportar reflexiones para empoderar a las familias y que estas tomen el control de cuidar los cuerpos de sus seres queridos fallecidos. Reducir la intervención de las empresas funerarias y, por tanto, asumir como sociedad prácticas mortuorias que causen el mínimo daño al medio ambiente respecto a las contaminantes prácticas actuales.
El movimiento recomienda encarecidamente a los participantes que hablen con sus familias sobre sus propios deseos y planes para el final de la vida. Incluso si son jóvenes y están sanos, ya que esto les hará ser críticos con el oligopolio funerario.
Esta corriente de pensamiento lo impulsa una pléyade heterogénea de profesionales del sector funerario, de la salud, etc. Además hay personas comunes que quieren expresar sus sentimientos sobre la muerte a través de la reflexión y el arte. Funeral Natural con sus contenidos comparte plenamente los objetivos de este movimiento sociológico.
- Creo que al esconder la muerte y morir a puerta cerrada, hacemos más daño que bien a nuestra sociedad.
- Creo que la cultura del silencio en torno a la muerte debe romperse a través de debates, diálogos, reuniones, arte, innovación y erudición.
- Creo que hablar y comprometerme con mi inevitable muerte no es por morbo, sino que asumo muestra curiosidad natural sobre la condición humana.
- Creo que un cadáver no es peligroso (excepto cuando es por muertes de agentes letales infecciosos), y que todos deberíamos estar facultados (si una persona así lo desea) para involucrarse en el cuidado de sus propios muertos.
- Creo que las leyes que rigen el proceso de morir, la muerte y el cuidado al final de la vida deben garantizar que se respeten los deseos de la persona, independientemente de sus identificaciones de sexo de género, de raza o de creencias religiosas.
- Creo que mi muerte debe ser manejada de una manera que no cause daños al medio ambiente.
- Creo que mi familia y mis amigos deben conocer mis deseos para el final de la vida, y que debo tener la documentación necesaria para respaldar esos deseos.
- Creo que mi defensa abierta y honesta en torno a la muerte puede marcar la diferencia y ser útil para cambiar nuestra cultura en este ámbito.
#deathpositive
En el fondo, este manifiesto a favor de la Muerte Positiva engloba el concepto de una "buena muerte".
Una buena muerte no es más que aquella que respeta los deseos de la persona al final de la vida, que evita el dolor innecesario y que dispone de un entorno con apoyo psíquico y emocional para dar dignidad al proceso.
Los defensores de la idea de Muerte Positiva trabajan para asegurar que se den las condiciones, tanto de educación, como de normativa y procesos para evitar una "mala muerte", es decir, aquella en la que el moribundo no tiene posibilidad de intervenir personalmente en el proceso.
Una mala muerte sería como que en nuestra boda no pudiéramos decidir nada. Algunas personas no reciben atención médica paliativa. Muchas entran en la agonía sin un sistema familiar o de apoya.
En la crisis Covid-19 se vio claro, la negación de atención digna al cuerpo fallecido, algo que todo ser humano se merece, igual que cuando nacemos.
Uno puede unirse a este movimiento desde la web. Al hacerlo una persona o entidad se compromete con esta visión y a la vez pasa a ser miembro de la Orden de la Buena Muerte.
Pertenecer a esta orden es convertirse en aliado en la búsqueda de una mejor forma de morir.
La plataforma envía actualizaciones mensuales que realiza Caitlin Doughty y la Orden de la Buena Muerte, que incluye noticias, artículos, vídeos, boletines exclusivos sobre muertes positivas y eventos- aunque la mayoría se realizan en Estados Unidos.
La recomendación a las posibles interesadas no es que la persona se adhiera al movimiento sin más, sino que valore que el morir y la muerte le interesa desde su propia vitalidad.
Funeral Natural aporta contenidos periódicos para estimular este empoderamiento personal con la propia muerte. Por eso nos motiva ser parte del movimiento Muerte Positiva.
Como curiosidad hay que reconocer que el movimiento está sobretodo soportado por mujeres. Y es que las mujeres tradicionalmente han sido durante milenios las verdaderas implicadas con la atención de la muerte.
Es en el siglo XX cuando los hombres abrieron los negocios funerarios de consumo y han corporizado el cuidado de los cuerpos fallecidos, suprimieron la experiencia directa de la muerte atesorada por las mujeres.
Muerte Positiva también pretende que las mujeres recuperen esa experiencia. Fruto también de un largo proceso histórico, a día de hoy, existen también personas comprometidas en acompañar y ayudar en el proceso de morir; son las doulas del final de vida o Death doulas.
El credo y la actividad que promueve desde su plataforma The Order fo Good Death (la Orden de la Buena Muerte) está inspirada en la obra "La negación de la muerte".
Este libro fue escrito por del antropólogo y autor ganador del Premio Pulitzer, Ernest Becker (1924-1974) quién en 1973 nos legó su monumental reflexión y cuya visión perdura a través de la Fundación Ernest Becker.