Desde hace tiempo los mini terrarios de interior en bolas esféricas, urnas, o cualquier recipiente original, se han convertido en tendencia estilística para una gran cantidad de hogares.

Hay un sin fin de consejos para su cuidado, pues las plantas en estos terrarios están al límite de sus condiciones vitales. Por un lado está la humedad que hay que controlar, por el otro está la cuestión de los nutrientes.

Por todo ello el número de plantas para cultivar es limitado. Así por ejemplo, después de un año, dependiendo de cómo evolucione el terrario, se debe rellenar con mezclas de turba y/o compost.

En definitiva, las plantas absorben la materia orgánica del sustrato y esta desaparece con el tiempo por lo que hay que reponerla como en cualquier maceta.

Altima propone como plantas del mini terrario urna, diversas plantas crasas, pues son resistentes.

Ni que decir que la idea tiene su estética y que el mensaje comercial de estos mini terrarios es reproducir en pequeño la naturaleza.

Sin embargo, resulta sorprendente equiparar el mini terrario a una urna cineraria para conservar parte de las cenizas del difunto en casa.

La pregunta que cualquiera puede hacerse es si quiere que su ser querido difunto sea simplemente abono para unos pocos cactus.

La idea de utilizar las cenizas como sustrato para hacer crecer una planta tiene un simbolismo fuerte. Sin embargo, en un terrario de vidrio la planta que vive en su interior está condenada.

Estamos pues ante un producto más de diseño y de promoción empresarial que de efectividad para quién busque ecología de verdad en una urna cineraria memorial.

Si se busca una urna para que germine o crezca una planta con la fertilidad de las cenizas, esta debe poderse plantar  en el suelo. Este es el caso de dos urnas que se comercializan en el Estado español: Bios Urn o The Tree Remembers.