Crettaz
Bernard Crettaz, Elisabeth Crettaz-Stürzel, Liliane de Toledo, Charlotte Savioz-Crettaz, Jean-Pierre Fragnière, Elio Ragonesi
Crettaz, et comme l'espérance est violente es un documental sobre Bernard Crettaz (1938 -2022), suizo, hijo de una familia montañesa en la región del Val d’Anniviers (en la Suiza francófona) quién se convirtió en un sociólogo/etnólogo, de verbo ferviente, con sentido del humor, pero reconocido por sus estudios sobre la muerte y los ritos mortuorios.
Pero antes de llegar a su destino desafió el sueño de su madre de convertirlo en cura. Durante un trabajo como seminarista en el verano del 58 en Zinal quedó prendado de la joven Antoinette, quien vestía una minifalda (insólito en la época) y ambos se enamoraron perdidamente.
Entonces colgó el hábito y se fue a Ginebra con ella a estudiar sociología. Sabía que iba a decepcionar a su madre y a su familia, pero abandonó el valle. Aunque su emancipación no fue una decisión fácil, reconoce que al mismo tiempo lo liberó.
El 28 de noviembre de 2022, a la edad de 84 años murió de forma repentina de un ataque al corazón mientras acompañado de su esposa Elisabeth estaba en Austria. Tal como lo predijo, Bernard, abandonó su cuerpo físico adolorido por los años, pero mirando a la muerte a la cara con curiosidad y lucidez.
“Tendré que atender mi funeral correctamente”, había dicho Bernard, verdaderamente obsesionado con la muerte, a su esposa. Sin embargo, su muerte súbita todo lo alteró. Tuvo que ser repatriado e incinerado antes de poner sus cenizas en el suelo del cementerio de Vissoie.
Un homenaje desde más allá de la tumba
Su muerte repentina no le permitió la oportunidad de ver el film que había montado Nasser Bakhti, pero este es la tumba más hermosa en la que yace su persona. Un homenaje desde más allá de la tumba con imágenes y reflexiones de una vida que iluminó la muerte de muchas personas.
Crettaz, et comme l'espérance est violente...es un tributo memorial a este hombre humilde de la montaña convertido a apasionado por la muerte. Para ello, el realizador, Nasser Bakhti consiguió diez citas para entrevistarle durante cuatro años, entre 2017 y 2021,.
Así vemos a Bernard Crettaz enFriburgo, donde vivió los últimos años de su vida, a Zinal, donde pasa la mitad del año encerrado en el fondo de su bodega junto a sus archivos.
Luego lo trae de vuelta a Ginebra, a la universidad, donde los recuerdos se mantienen vivos arengando a sus compañeros durante los movimientos de Mayo 68.
En el Museo de Etnología, donde ejerció de conservador, nos muestra sus “queridos objetos antiguos”, incluidos su favorita, una guadaña. De esta pieza recuerda y evoca que es “el segador artesano” aquel que se quedó con la muerte con que vive “todos los días”.
Para lograr el milagro de este documental, su director no sólo capta la simple cronología de una vida, sino que se adentra en las profundidades de su pensamiento contundente y provocador.
Un rebelde comprometido con la muerte
Le apodaron el rebelde, el rojo, el neonómada… y sobre todo, el señor “Muerte” por su desmesurada pasión por la tanatología, y haber iniciado en Neuchâtel el 2004 las sesiones denominadas “cafés mortales” «cafés mortels» como espacios de tertulia y diálogo sobre la muerte en un ambiente informal, en el rincón de un bistró.
Esta propuesta de los "cafés mortales" impulsada por Bernard Crettaz y su esposa Yvonne Preiswerk (1937-1999), cosechó un éxito deslumbrante que traspasó las fronteras suizas e inspiró en el Reino Unido, al diseñador Jon Underwood la creación de la franquicia social de los Death Café (hoy esparcidos por todo el mundo).
Los cafés mortales, facilitaron que la muerte saliera repentinamente del silencio, exorcizando a una sociedad con miedo de mirar la muerte a la cara, aunque esa sea parte integral de la vida.
En 2010 publicó un libro sobre la experiencia titulado: Cafés mortels: Sortir la mort du silence, que recopilaba las vivencias de realizar más de cuarenta cafés mortales en los que participaron más de tres mil personas.
Bernard Crettaz, es un hombre apasionado, comprometido con su país, un privilegiado como se reconocía el mismo, pero una persona que con su dulzura hipnotiza. Poco a poco, el documental nos descubre también la ternura, la amabilidad y su mucho humor, pero también sus grietas y su fragilidad.
Un documental que arroja nueva luz sobre una personalidad poderosa que no tenía miedo de tomar posición, incluso en temas políticos. Tenía un amor inquebrantable por Suiza. Pero como dice en el película: “Si un sociólogo no sirve para sacudir su entorno, para airear un poquito la mierda, no sé para qué sirve”.
Hoy en la cuna, mañana en el sepulcro
La muerte era una verdadera obsesión y no la tomó como una amenaza sino como una hermana amorosa “Hoy en la cuna, mañana al sepulcro”, repetía a menudo.
“La fe está atravesada por las dudas, nosotros solo la tenemos de una vez por todas", Y es que su vida, desde su nacimiento, está marcada por la muerte. De hecho, su madre casi muere al practicarle la cesárea para que él naciera. Una práctica que fue la primera realizada en aquel valle montañoso d'Anniviers cerca de Ginebra.
En otro momento del film, mirando fijamente a cámara evoca con emoción la muerte de su segunda esposa Yvonne. Con ella compartió, como hemos mencionado, los inicios de los Café Mortales, se especializó en la cuestión de los ritos mortuorios en el Val d'Anniviers y crearon en 1982 la Sociedad de Estudios Tanatológicos de Suiza.
A sus ochenta años, va aún más lejos, y junto a su amigo Jean-Pierre Fragnière (1944–2021), un sociólogo suizo emergente afectado por un cáncer durante varios años. Estando en fase terminal, junto con Bernard Crettaz publican Osser la mort (Atrévete a la Muerte).
Este libro, publicado en 2017, a modo de testamento, ambos autores dialogan y afrontan su propia muerte con honestidad y serenidad. Algunos críticos señalaron este libro como la última provocación de este "joven anciano" que se hacía llamar “El Envejecido”.
Crettaz, et comme l'espérance est violente..., es un contundente testimonio biográfico en el que este sociólogo interesado en la muerte entrega de forma auténtica y sincera su visión sobre este tabú mortal.