“Muerte, no te enorgullezcas, aunque algunos te llamen poderosa y terrible puesto que nada de eso eres”. Con esta frase de un soneto de John Donne la protagonista reconoce que su estado no es precisamente halagueño.

Pero continúa "Como se suele decir normalmente, es una cuestión de vida o muerte. Y lo sé todo sobre eso. Al fin y al cabo, soy profesora de poesía del siglo XVll, especializada en los Sonetos de John Donne, que exploran la mortalidad mejor que cualquier otra obra escrita en inglés, y lo sé por el hecho de que soy fuerte. Una profesora exigente e intransigente. Nunca rehuyo un desafío. Por eso elegí estudiar a John Donne, como alumna de la gran E.M. Ashford".

Vivian Bearing (Emma Thompson) es una prestigiosa y brillante profesora experta en poesía anglosajona del siglo XVII en la universidad y experta en la obra del poeta John Donne.

Un día, le diagnostican un cáncer terminal de difícil curación (cáncer ovárico metastático en estadio IV) y que por tanto le queda muy poco tiempo de vida.

A partir de ese momento, intenta vivir cada día como si fuera el último, un espacio de tiempo en el que convierte el amor y la compasión como su mejor arma para afrontar su último destino.

Lo que importa es el cuidar

En el final de vida, Vivian se enfrentará a la decisión de dejar que su cuerpo simplemente siga el proceso natural de morir o sea pasto de la experimentación para encontrar curas en el futuro.

Esta es la opción que le plantea el joven Dr. Jason Posner, pero la enfermera Susie que la cuida en su final, la lleva a que reflexione precisamente sobre su final (ver esta escena) más allá del interés de la ciencia.

Cuando asistió a las clases de la profesora Vivian llegó a la conclusión que “no puedes ir pensando en ese rollo del sentido de la vida, porque te volverías loco… es mejor la bioquímica”. En esta perspectiva no se tienen ojos para ver el sufrimiento del otro. No hay fondo humano.

Vivian se ha refugiado en el estudio de la abstracción metafísica que además ha convertido en profesión y única razón de vivir. Esta forma de vida entra en crisis con la enfermedad. En realidad esta no es más que el aviso final y el más real: “la teoría no sirve de nada.

Una lección de bioética

A menudo la medicina no es más que la práctica de una técnica despiadada ya que desoye la propia realidad del enfermo. La renuncia a las dimensiones espirituales de la ciencia actual y su reducción a considerar todo como únicamente materia termina por deshumanizar algo esencial que puede aportar la medicina que es aliviar el sufrimiento, no tanto experimentar con el sufrimiento ajeno.

Evidentemente es una película con una profunda carga sobre la bioética en la medicina actual. Así que es interesante recordar el análisis que hace la Revista de Medicina y Cine sobre esta película publicado en 2020.

La inteligencia hay que usarla  para vivir”. Amar la Vida (Wit) es una película centrada en una reflexión en la que la poesía sirve de excusa para adentrarnos en un tema complejo como es el final de la vida.

Una película que uno podría pensar que está emulando, como lo hace desde la cotidianidad el documental El final de la vida, de la serie de la BBC, El Cuerpo Humano, los vericuetos del final de vida.