La historia de Caos calmo es la de la pérdida de una madre a través de los ojos del padre y la reacción ante la perplejidad sobre esa desaparición.

Un ejecutivo de la televisión, Pietro Paladini, mientras está salvando de morir ahogada a una desconocida, muere su mujer en casa de una embolia estando su hija Claudia presente.

Apesadumbrado por no haber podido intervenir, Pietro, cae al borde del abismo.  A la vez va descubriendo que poco sabía de la intimidad de su esposa según su hermana Marta.

Para dirimir este culpa se entrega a un comportamiento nada convencional y casi épico, esperar en el banco de una plaza frente a la entrada del colegio en el que cada día deja a su y hija y donde la espera hasta que esta termine.

Poco a poco este banco se convierte en el eje de su vida pues desde compañeros de trabajo, familiares, y amigos lo visitan para reclamar sus consejos o atención.

Desde esta particular ubicación asistimos a una especie de lección práctica, una didáctica sobre cómo vivir en todas las circunstancias a pesar de la tragedia interna.

El dolor nos hace humanos

Poco a poco el corazón de Pietro empieza a despertar, pero será su hija Claudia quién le ayudará a encontrar el camino que les permita reconocer sus propias limitaciones y continuar viviendo.

Como le recuerda su hija Claudia, "la vida es un palindromo, que puede leerse tanto en un sentido como en otro y nada es irreversible".

El dolor nos hace humanos y el luto sirve para esconder y hallar en ese refugio un bálsamo espiritual para superar la sacudida emocional que conlleva toda pérdida. 

En Caos calmo el dolor y esta obstinación épica del protagonista impulsan nuevas relaciones que consolidan a los distintos personajes.

En cada pequeño detalle de lo observado el protagonista puede aportar una visión vital genuina: la aceptación que una vida ha terminado y otra debe empezar.

La muerte acecha y perturba, y la sombra de la ausencia se alarga, pero junto a Pietro el espectador se instala en la riqueza que hay siempre en toda espera. Sin embargo, la verdadera existencia la marca dejar que la vida fluya.

Un libro y una película accidentada

La película está basada en la novela Caos Calmo de Sandro Veronesi publicada por Anagrama (2008). A diferencia del libro, la película sitúa el personaje sentado en una plaza en lugar de dentro de un vehículo.

Como reconoce Nani Moretti: "El gran reto fue lograr escenificar toda la película a través de un hombre sentado en una plaza. Mucho más cinematográfico, desde luego, que el interior de un coche como propone el libro. Habría sido muy difícil hacer catorce escenas distintas dentro de un coche aparcado”.

El rodaje de esta película fue accidentado ya que una actriz casi pierde la vida en la secuencia del mar y luego tuvo muchas críticas por una escena de sexo explícito de varios minutos entre el protagonista y una mujer madura.

Una escena criticada pero que sirve de contrapunto a la calmosa actitud del protagonista frente a los devaneos que le comparten los amigos, los familiares y los compañeros de trabajo.