La película narra las vicisitudes de Egor, un guardabosques que trabaja en la taiga siberiana.que está afectado de un cáncer terminal . Es un hombre respetado por su comunidad, un hombre amoroso con su familia y que espera de su esposa Natalia su segundo hijo.

Ante el anuncio que le quedan unos dos meses de vida, el hombre prepara su final, pero su mujer insiste en que debe luchar y probar con otras medicinas. Acuden a un hospital en la ciudad, pero lo rechazan por encontrarse en fase terminal. Finalmente, tomará el remedio que le cuenta la chamán del pueblo.

Es entonces cuando Egor trata de emular la tradición popular que explica cómo el pato Jambo burló a la muerte. A partir de ahí la película cambia de registro y claramente la muerte se mezcla con la problemática homosexual en un entorno rural y de un país que penaliza los penaliza.  Para sorpresa de todos, Egor opta por tomar la identidad de una mujer como una forma de combatir la enfermedad, lo que despertará el rechazo por parte de su entorno.

Así pues, a partir de este cambio de conducta por parte de Egor la película toma un registro diferente. Encerrado en su propósito de burlar a la muerte rechaza todo contacto con su familia. Pero el hecho de disfrazarse de mujer provocará que su comunidad lo rechace. 

La cinta es un fuerte denuncia sobre los derechos de la comunidad LGTB en la Rusia actual en contraste con los prejuicios sexuales especialmente en una zona rural donde la supervivencia prima por delante de toda actitud moral.

La firme voluntad de mantenerse disfrazado para que la muerte no lo reconozca, será su salvación a pesar de las palizas que recibirá. Su aislamiento en el bosque puede verse también como una metáfora a favor de las medicinas alternativas.

El film tuvo un premio en el Festival de Venecia de 2018 y más allá de la historia es también un paseo por algo poco conocido en nuestras tierras como es la vida rural en la Siberia. Una reflexión interesante sobre la coexistencia del mundo moderno con las tradiciones ancestrales.