Ojalá fuera cierto
Reese Witherspoon, Mark Ruffalo, Donal Logue, Jon Heder, Dina Waters, Ben Shenkman, Ivana Milicevic, Rosalind Chao, Caroline Aaron, Ron Canada, Willie Garson, Gabrielle Made, William Caploe
Ojalá fuera cierto es una película que se basa (aunque los personajes y las situaciones son diferentes en el libro que en la película) en la novela del mismo título del conocido autor francés Marc Levy (1961-).
En la película, Elizabeth es una doctora que tras un accidente de coche queda en coma. El equipo médico del hospital en el que trabaja la mantienen artificialmente esperando a que un milagro la reanime. Mientras, su familia pone su apartamento en alquiler. El nuevo inquilino, David, pronto descubre que en su nueva casa irrumpe el espíritu de una mujer que sólo ve y oye él.
Ante la imposibilidad de poder vivir de forma tranquila, David intentará ayudar a este espíritu a encontrar el motivo de su presencia persistente. Sin embargo, poco a poco David, todavía en duelo por la muerte repentina de su esposa, empezará a enamorarse del espíritu de Elizabeth al que él llama Lizzie.
Frente al duelo
Básicamente, se puede considerar una película romántica, en la que los personajes, inicialmente antagónicos, acabarán por enamorarse. Es una comedia encantadora en si misma con el toque fantástico espiritista.
La trama ilustra a David como arquitecto paisajísta que no supera el duelo por la muerte de su esposa. Eso le sume en una apatía absoluta. Así que la aparición del fantasma en su vida puede verse como un elemento en el que se intenta ilustrar una de las claves para superar el duelo, abrirse a nuevas relaciones.
La componente fantástica de la presencia del fantasma de Lizzie es la excusa pues para que David salga de su apatia, de su papel de hombre viudo, desencantado de la vida que básicamente se dedica a beber cerveza y autocompadecerse.
Sin embargo, tras varios encontronazos con la fantasma, David valora que puede ayudar a este espíritu a saber quién es y que encuentre su tarea pendiente como le explica el chico de la librería esotérica. Esta actitud ayudará a David a salir del bucle de su duelo.
El mundo de los espíritus bien ilustrado
Que un determinado espíritu que tiene una tarea pendiente se cebe sobre alguien ya lo vimos en Ghost, más allá del amor. Sin embargo, en Ojalá fuera cierto, aparece el personaje del joven Darryl el cual tiene capacidades mediúmicas y además trabaja en la librería esotérica.
Este personaje permite documentar de forma sencilla pero precisa el mundo de los espíritus. Por otra parte nos acerca también de forma cómica con las excentricidades relativas al tratamiento que algunas creencias dan a estas entidades.
El planteamiento de la película es que mientras que el cuerpo de Lizzie sigue respirando y su corazón latiendo, su cerebro está "muerto". Ante todo esto se plantea otro dilema, ¿Es posible que el espíritu o el alma del ser humano esté vinculado más al funcionamiento del corazón que del cerebro?
La novela nos da su visión al respecto. El alma de Lizzie no puede desprenderse totalmente de su cuerpo vivo. De hecho Lizzie no puede estar mucho tiempo lejos de su cuerpo en coma. Está anclada en el mundo terrenal a través de su cuerpo.
La eutanasia y el mundo médico
Uno de los marcas del novelista Marc Levy es siempre la precisión en los aspectos técnicos que puedan aparecer en sus relatos. En este caso, los detalles que aparecen en pantalla sobre los tratamientos médicos que va dando la Dra. Elizabeth son muy precisos y reales. Al igual que el planteamiento sobre la eutanasia.
Una de las claves del argumento es el momento en que tras meses de coma sin variación alguna y manteniendo de forma artificial el cuerpo de Elizabeth, ha llegado el momento de desconectarla.
Es un apunte sobre hasta que punto el esfuerzo sanitario tiene sentido en términos de viabilidad del paciente. Lógicamente, al tratarse de una ficción, todo es posible. Sin embargo, hay algunos diálogos sobre el tema que inducen a ciertas reflexiones, especialmente, para quiénes valoren registrar el testamento vital.
En síntesis, la película es básicamente de puro entretenimiento, pero divertida y agradable, con diálogos inteligentes y un trabajo actoral que se adapta a las necesidades del guion. Un film amable, de buen ver, que deja un sabor agradable y cuya historia crea complicidad con el espectador.