Existen proyectos innovadores de diseño textil para darle un vuelco al sector funerario. Uno de los retos que algunos se plantean es que la ropa con la que vestimos a un fallecido facilite una putrefacción libre de tóxicos.
Uno de los retos que algunos diseñadores textiles se plantean es que la ropa con la que vestimos a un fallecido facilite una putrefacción libre de tóxicos que no contamina la naturaleza.
Como en todos los sectores industriales, y el funerario no es la excepción, predominan los tejidos y acolchados con fibras sintéticas en lugar de fibras naturales.
La aplicación de la nanotecnología y la microbiología en las fibras textiles permite diseñar fibras que faciliten la desintegración de los cadáveres. En todo caso, estos proyectos persiguen el objetivo diseñar fibras textiles que tras la descomposición no quede ni rastro de ninguna de ellas.
Uno de los proyectos más divulgados es el de la artista australiana Pia Interlandi quien estudia como los diferentes tipos de fibras textiles se descomponen junto con el cuerpo difunto.
La investigación realizada por Pia * constó de varios proyectos, como "Prendas solubles", "Moldes para el cuerpo" que finalmente se concretaron en el proyecto Garments for the Grave ("Prendas para la tumba").
Su investigación la llevó a materializar la metáfora del "polvo eres" a la realidad. Pia Interlandi reconoce que "Uno no puede elegir cuándo morirá, pero sí dónde quiere ser inhumado y cómo quiere que lo vistan”,.
El cuerpo muerto bien vestido
Para esta artista si bien el cuerpo muerto puede estar ausente de la vida, se convierte en parte de una serie de procesos culturales, materiales, emocionales y éticos que el diseño de moda ha descuidado en gran medida.
En general, el cuerpo muerto se aborda vistiéndose y envolviéndose para cubrirlo y protegerlo (lo mismo que hacemos con los vivos) de su estado vulnerable y transitorio.
Prendas para la tumba ha buscado formas alternativas de vestir el cadáver, tanto a través del diseño de prendas reales como de otras especialmente diseñadas en la forma en que el acto de vestir el cuerpo con estas prendas cambie el enfoque de la muerte y cadáver.
Esta artista observó que el cáñamo se descomponía más rápido que la seda, y los usó a ambos para realizar sus creaciones.
Otra iniciativa más elaborada en términos de sostenibilidad textil fue la de la artista surcoreana, Jae Rhim Lee. Esta artista propso usar hongos incorporados a los tejidos a modo de micorriza entrelazada con las fibras del vestido.
Rhim diseñó un traje funerario micorrizado, es decir, que incorpora esporas de hongos en el propio tejido. La idea de su propuesta era que los hongos, como forma viva, se nutrieran del sustrato y de esta forma evitaran las toxinas de los difuntos y estas no pasaran al medio ambiente. De esta manera se reducía la huella ecológica del fallecido.
Neutralizar los tóxicos vertidos
Los hongos tienen la capacidad para llevar a cabo un proceso llamado Mycoremediation, durante el cual el micelio de los hongos digieren las toxinas y las transforman en subproductos no tóxicos.
Su proyecto empresarial se divulgó hasta el 2021 en Infinity Mushroom y su propuesta funeraria podía adquirirse por unos 1.500 dólares en aquel momento. A día de hoy ya no existe.
Más allá de estos trabajos experimentales es evidente que existen fibras textiles naturales como el lino, el algodón con las que se puedan fabricar mortajas naturales. En definitiva, sean vestidos o mortajas, bienvenidas son aquellas que reducen la huella ecológica de los funerales.
La propuesta de Jae Rhim Lee aportaba una innovadora solución al envolver al difunto en un traje especial para entierro sembrado con hongos. Es verdad que los hongos ayudan a degradar las toxinas que el ser humano acumula a lo largo de su vida con la medicación y la alimentacion actual. Pero también lo hacen los microorganismos presentes de forma natural en el suelo.
Este video narrado en lengua inglesa fue producido como un regalo para la humanidad según su autoa Jae Rhim Lee, una artista comprometida con la sostenibilidad y que propuso los vestidos funerarios con micelios descomponedores incorporados en la propia fibra textil del vestido.
¿Qué quieres que le pase a tu cuerpo después de morir?. La propuesta de Infinty Mushroom pretendía ir más allá de la sostenibilidad del textil funerario. Su propuesta se centraba en neutralizar las toxinas existentes en todos nuestros cuerpos debido a la medicación y a otras causas ambientales. Lamentablemente, esta propuesta ya no existe. Pero es interesante de recordar.