Ante la certeza de que todos moriremos la visión más optimista es pues “vive bien en tu mortalidad”. Así que cuando la persona no sabe cómo afrontar el final de vida, hay personas que se han preparado para ello.
Las doulas y matronas del final de la vida o de la muerte (Death Doulas y Death Midwives en inglés) tienen como cometido acompañar y escuchar, estar al servicio del moribundo desde el compromiso, para ayudarle en el tránsito y a aceptar la muerte inminente.
Hay un pequeño matiz entre la denominación de doula o matrona de la muerte o el final de vida. La doula de la muerte (Death doula) se reconoce con más frecuencia como alguien que ayuda a preservar la calidad del bienestar, el sentido de identidad y la autoestima en los momentos finales de la vida (ofrecer apoyo práctico y emocional al muriente y a los seres queridos).
En la formación de matrona de la muerte (Death Midwives) también se incluye la orientación en los cuidados del cuerpo después de la muerte, sobre la organización de los funerales, rituales de entierro o cremación y otras ceremonias de despedida.
Se compara a las doulas y matronas de la muerte con las del nacimiento, ya que el nacimiento y la muerte son dos transiciones, y en los dos roles se ofrece el acompañamiento en estos procesos sagrados (aunque las matronas del nacimiento tienen que saber sobre medicina a parte de las necesidades emocionales y espirituales de la madre y del bebe).
Las matronas de la muerte no necesitan saber sobre medicina, pero sí deben de tener una formación personal rigurosa sobre los procesos del morir. Su oficio es cultivar aptitudes para tener plena presencia y ofrecer herramientas para cubrir las necesidades emocionales y espirituales.
Sólo morimos una vez, por tanto, disponer de una persona que se ha formado para facilitar los aspectos prácticos, pero también los psicológicos, de ritos, o de duelo, es una ayuda inestimable para el muriente y sus familiares o allegados.
En definitiva, tanto la doula como la matrona del final de vida deben saber crear un entorno sagrado y acompañar en la transición entre la vida y la muerte.
Las doulas del final de vida brindan asistencia y orientación con servicios holísticos a las personas y sus familias durante este particular momento vital que el paciente va hacia la muerte inevitable.
La tarea principal de una doula del final de vida es la de ayudar a las personas a navegar por el proceso de morir en los aspectos legales, emocionales, psicológicos y ceremoniales.
Sobre las funciones de la doula del final de vida, y cómo mejor pueden afrontar su vocación, existe una guía práctica escrita por Ana Vidal Egea, titulada Cómo acompañar a morir (2022).
Por su parte la doula Gemma Polo ofrece una formación integral de doula de la muerte. La Formación Integral Doula de la Muerte, es una formación pionera en nuestro país, en tanto que propone un viaje vivencial, práctico y teórico, para familiarizarte con la propia muerte.
Desde esta posición enseña el arte de acompañar finales de vida con belleza y sentido, aportando las herramientas necesarias para resolver las cuestiones prácticas en torno a la muerte, como puede ser la ceremonia de la preparación del cuerpo post mortem con productos naturales, diseñar y guiar velatorios en casa y funerales alternativos, etc..
Para muchas personas hablar sobre el final de vida les resulta incómodo y las doulas son facilitadoras para afrontar este reto. Según datos de un estudio de 2018 en Estados Unidos, 92 % de su ciudadanía cree que es importante hablar sobre sus deseos de atención al final de la vida.
Lamentablemente, solo el 32 % ha tenido esa conversación y, sin embargo, el 53 % reconoce que se sentiría aliviado de dialogar sobre la muerte (The Conversation Project National Survey, 2018).
Precisamente, en Estados Unidos se creó el movimiento Muerte Positiva (Death Positive), una corriente social y filosófica (que Funeral Natural comparte) la cual alienta a las personas a hablar abiertamente sobre la muerte y el proceso de morir.
Entre las funciones de las doulas y las matronas de la muerte se cuenta el asesorar sobre el papeleo legal; todos los documentos de voluntades anticipadas, los deseos de los cuidados después de la muerte y sobretodo cómo crear una atmósfera amorosa, de tranquilidad y comprensión para asumir el momento de la muerte desde la plena conciencia.
Además pueden ofrecer servicios de funeral y vela en el domicilio. Las matronas de la muerte además orientan a la familia, si así lo desea, sobre el lavado y preparación del cuerpo, un ritual muy significativo que ayuda a aliviar el duelo.
Otro servicio que ofrecen es de la vela en casa (utilizando un método eficaz de conservación transitoria como el Bio Sac 200).
Las doulas y matronas del final de vida no sólo se involucran con la persona que se está muriendo, sino también con sus seres queridos. Ofrecen tareas de participación para los más pequeños de la familia, como decorar con flores el ataúd, pintarlo, etc.
También pueden ayudar, en definir o planificar el ritual funerario de acuerdo con las convicciones de la persona muriente y sus familiares.
Un momento oportuno para solicitar sus servicios es después del diagnóstico de una enfermedad terminal.
Su trabajo habitualmente acostumbra a ser en el domicilio de la persona, pero también en residencias y hospitales.
La función de las doulas y matronas de la muerte no es la de sustituir al personal sanitario ni al de cuidados paliativos. Su área es la de dar sentido de identidad y autoestima al muriente en su proceso psicológico, espiritual, pero también socioeconómico.
Por tanto, aportan una presencia compasiva con conocimiento, experiencia y comprensión. En definitiva, contribuyen a facilitar un final de vida pacífico, elegante, significativo y digno.
Estar al lado de la persona que le queda poca vida por vivir, ofreciendo apoyo práctico y emocional a los seres queridos y defender los deseos explícitos de la persona muriente.
Para las personas que no cuentan con una sólida red de apoyo emocional, o aquellas que se sienten incapaces de abrirse a sus familiares, las doulas y matronas se convierten en un oído vital para escuchar y facilitar la comunicación entre ellos.
Los servicios de las doulas y matronas del final de vida o de la muerte pueden parecernos una novedad progre, pero en muchas culturas esta función es tan antigua como la muerte misma.
En muchas culturas humanas el apoyo mental, espiritual, físico y emocional ha sido parte fundamental del tránsito hacia la muerte.
En nuestra cultura tecnocrática el diálogo sobre la muerte se evita. Sin embargo, todos los seres humanos merecen una “buena muerte” y las familias necesitan una despedida adecuada.
Morir no es una enfermedad y por tanto no es estrictamente un evento médico como lo valora nuestra cultura occidental. Es ante todo un proceso humano muy personal.
En muchas culturas, individuos específicos desempeñaron el papel de guía a través de este importante evento de la vida.
Demasiadas personas mueren con miedo y sufrimiento innecesario. Es hora de cuidar a los moribundos y a sus allegados con un compromiso compasivo y una presencia sincera.
Es hora de recordar e incorporar las tradiciones de nuestros antepasados, la sanación interior y la belleza que se puede experimentar entre las personas que rodean al moribundo.
Esto es para lo que la doula y matrona del final de vida se ha formado. Morir es un viaje a través de lo desconocido. Tener una doula o matrona para acompañarnos y guiarnos supone una gran diferencia.
La doula y matrona no podrá quitar el sufrimiento, tampoco paliar el dolor físico, esto les corresponde a los servicios de cuidados paliativos.
La doula y matrona es un complemento para ellos y puede ayudar a suavizar el proceso desde el punto de vista psicológico y espiritual.
En definitiva, ayudar a sentirse seguros en estos momentos de incerteza y de eventos a menudo inesperados.
En este video la matrona de la muerte, reverenda Olivia Bareham, dialoga inicialmente con Dorothy Ballon (1915-2011), la cual está en fase terminal a sus 95 años. Se han reunido para que le exprese cómo le gustaría que fuese su ceremonia de despedida de acuerdo con sus convicciones personales.
Este sintético reportaje Take me at Home (2012), que está sólo en versión original en inglés, nos muestra cómo es el proceso de acompañamiento que una doula o matrona de la muerte hace con sus clientes.
En el caso de Dorothy, residente en California (Estados Unidos), después de exponer sus deseos, su estado de salud empeoró bruscamente. Así pues nos muestra también el acompañamiento en los últimos momentos hasta la preparación del funeral.
El ritual escogido por Dorothy incluía una vela de tres días en su casa, arreglar el cuerpo junto a su familia y finalmente que bailaran alrededor de su cuerpo en el funeral.
Lo sorprendente de este reportaje no es tanto el ceremonial, cada persona lo puede sentir según sus convicciones filosóficas o religiosas, sino el poder disponer de personas sensibles y profesionales capaces de llevar a cabo un último sueño vital.
La formación de doula del final de vida como tal en España no existe. Existen algunos talleres y cursos cuyo objetivo es formar a profesionales o voluntarios para que sean diestros en acompañar y ayudar en todos los aspectos prácticos relacionados con el momento de morir. En algunos casos a partir de enfoques filosóficos o religiosos concretos.
En el Reino Unido y en Estados Unidos, la profesión de doula y matrona de la muerte (Death Doulas y Death Midwifes) está bien implantada (1) (2) (3) e incluso hay alguna asociación profesional (4).
En España, Gemma Polo ha iniciado una formación integral presencial (en Catalunya) para aprender a acompañar con belleza y sentido desde una nueva cultura de la muerte.
En cambio, en España sólo encontramos algunas personas que se han formado en aquellos países y que ofrecen sus servicios como doula o matrona del final de vida. Entre ellas, y sin que sea una enumeración completa, Gemma Polo Pujol, Glynis German Funerals, La Buena Muerte, Las Luziérnagas, Moments Vitals, Vivir un buen morir.
La redacción agradece a Gemma Polo, doula de la muerte y a la matrona de la muerte Amaia Zelaia los matices conceptuales aportados sobre estas personas que con vocación de servicio están formadas para ayudar en el final de vida. Imágenes: montajes propios a partir de fotos de Unsplash.