El cementerio nuevo de Arrigorriaga denominado Parque-Cementerio Municipal de Landaederraga destaca por ser un espacio fúnebre aconfesional sin signos religiosos y sobretodo integrado en el paisaje. Un espacio minimilista que invita al silencio y a la contemplanción.
Los cementerios concebidos como ciudades de los muertos, deben refundarse. Un cementerio no debería ser un lugar para llenarlo de lápidas de marmol o señas de propiedad, sino para que fueran un espacio de recuerdo memorial colectivo.