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Pensión Lobo

Título original
Pensión Lobo. Habítación número 13
Autoría
Ramón Lobo
Editorial
Ediciones Península - Colección Biografías y Memorias
Fecha de publicación
2024 (Junio)
Idioma
Castellano
Impresión
Rústica con solapas; tamaño de 14 x 22 cm. con 240 páginas
Público
Sinopsis

Pensión Lobo es el libro póstumo de Ramón Lobo (!955-2023), periodista y escritor, quién permaneció fiel a su persona hasta el final. Este libro es un testimonio lúcido, optimista  y de aceptación, una meditación sobre la experiencia vivida y el mundo legado.

Pensión Lobo son unas memorias póstumas, un último ejercicio personal y al mismo tiempo colectivo, donde, a partir del testimonio, Ramón Lobo investiga la muerte desde un enfoque sociológico y la afronta desde su inminencia personal.

El autor reconoce que el culto a la vida ha eclipsado nuestra relación con la única verdad que existe: la de la muerte. Argumenta que a la muerte la echamos del hogar y la encerramos en los hospitales, las clínicas y las funerarias.

Pero, Ramón Lobo, sin embargo, no rehuyó de la realidad: tras ser diagnosticado con dos cánceres, el reconocido periodista y corresponsal de guerra decide hacer uso de su maravillosa pluma para diseccionar la muerte desde su propia experiencia.

Un testimonio sereno y optimista sobre el final de vida

Pensión Lobo es un libro sincero y lúcido: «Una parte de mí escribe palabras desde los kilómetros vividos; otra, desde los pocos que me quedan por vivir. Rescato imágenes, voces, memorias en busca de un orden que complete el rompecabezas.

Quisiera tejer un tapiz que abarque mi existencia, poder verla extendida ante mí para valorar lo conseguido sin encarcelarme en lo que quedará sin hacer.»

Ahora escribo, medito y sueño en busca de materiales que me permitirán esculpir algo parecido a un epitafio. Somos solo eso: una frase, un párrafo corto; el resto es artificio

¿Cuál es la naturaleza de nuestro temor hacia la muerte? ¿Cómo podemos afrontar un futuro desolador? ¿Qué hacer con nuestros objetos más importantes? Estas preguntas universales, pero tan silenciadas y estigmatizadas en el «País de los Sanos», son las que Ramón Lobo va resolviendo en esta amalgama agridulce de recuerdos, reflexiones, esperanza y resignación, en esta oda a la vida que se dibuja serenamente en el marco de lo que le da valor: su propio fin.

Un libro escrito por alguien que ha vivido conflictos de guerra de alta intensidad como corresponsal y por ello advierte «Tenemos tanto miedo a la muerte que nos negamos a escuchar sus advertencias, olvidando que es lo único cierto, lo que da sentido a todo lo anterior. Vivir, o haber vivido, es la única defensa posible para afrontar el final. Tampoco hablamos de las enfermedades y las carencias que matan a millones de hambre, guerra y pobreza. Es una vida impostada, sin pálpito de tierra con raíces

La conciencia sobre una vida plena

Los seres humanos con una vida intensa a veces simplemente aquella los ha arrastrado. Para Ramón Lobo, «La conciencia de que he vivido la vida que he elegido, pese a la tardanza en el arranque y sus retrocesos, direcciones prohibidas y equivocadas, recovecos y calles sin salida, me permite sentir la muerte no como una interrupción inesperada que me deja incompleto, a medio hacer, sino como el final de un viaje maravilloso en el que logré subir nota, pese a un currículo escolar calamitoso

Reconoce que no es nada fácil afrontar la propia muerte cuando «vivimos en ese mundo insustancial de inmortales atrapados en la eterna juventud triunfan los vende crecepelo y predicadores, sean religiosos o políticos

No es nada fácil  hablar de la muerte a personas que sienten pánico a morir y abrazan al primer cantamañanas que les promete vida eterna incluso. Sin embargo, Ramón Lobo lo hace desde la conciencia de una vida plena. De alguien que ha sido capaz de «asimilar las malas noticias y ordenar los sentimientos forma parte del proceso

Pero pesar de su experiencia en conflictos bélicos donde la muerte campa sin contemplación, reconoce que «La observación de la muerte de los otros no mejora la capacidad de asumir la nuestra.»ç

Deseos finales

Y al final un deseo, expresado en público: «Tras conocer mi diagnóstico completo de dos cánceres, le envié un wasap a Nieves Concostrina  (autora de Polvo eres) sin darle cuenta del motivo: si palmo antes que tú — algo probable debido a tu lozanía y divertida mala baba—, me gustaría que me prometieras, si fuese posible, dirigir el reparto de flores con mis amigos en el cementerio civil y en la ruta posterior hasta las Trece Rosas, tal y como hicimos en la despedida de Forges». […]»

«Abrazos a todas y todos. Solo me queda escoger la música que me acompañará en el último paseo: We’ll Meet Again, de Vera Lynn, la canción de Maud y sus hermanas y padres en la Segunda Guerra Mundial, una promesa de optimismo de los inmortales a los que iban a morir en los campos. Nos volveremos a encontrar, aunque sea en vuestro recuerdo. Mereció la pena. […]»

Sin duda, su lectura es un bálsamo para el corazón que cualquiera que aprecie la vida encontrará en sus reflexiones un buen motivo para saber morir con dignidad cuando le llegue la hora.

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