Nuestro último verano en Escocia es una película que reflexiona sobre como afrontar la propia muerte a ritmo de comedia, hasta cierto punto negra, pero con un fino humor inglés.

La familia se reúne para celebrar el 75 aniversario del abuelo, Gordie aquejado por  un cáncer terminal. En la preparación de la fiesta deben participar sus dos hijos Doug y Gavin ambos con familias no exentas de problemas.

La historia se centra en el matrimonio de Doug y Aby, en vías de separación y que advierten a sus tres hijos, Lottie, Mickey y la pequeña Jess que no digan nada del tema sobre su conflicto familiar al abuelo.

En definitiva que no quieren aguarle la fiesta que se ha organizado. Pero, por supuesto, los pequeños protagonistas de la historia darán un vuelco a la celebración de aniversario.

Mientras se dan los preparativos de la fiesta de cumpleaños el abuelo se lleva a los tres nietos de Doug a su playa preferida. Allí, por ejemplo, les cuenta que le gustaría tener un funeral estilo vikingo.

Uno de los niños que es aficionado a las leyendas vikingas ha leído que los incineraban sobre un barco que se dejaba flotando sobre el mar a la vez que se prendía fuego al cuerpo difunto.

Mientras están en la playa, el abuelo morirá repentinamente. Como dice el pequeño Mickey, "también es mala suerte que el abuelo haya muerto justo antes de la fiesta de cumpleaños".

Los tres niños tomarán la iniciativa para dar cumplimiento a los deseos del abuelo respecto a cómo le hubiera gustado ser enterrado.

La película es un himno al optimismo y como organizar un funeral desde la inocencia infantil. Cómo le expresa Gordie a la nieta mayor Lottie: "todo ser humano es un poco ridículo, por eso no hay que juzgar a los demás, pues al final nada de eso importa".

La muerte y los funerales o la despedida de un ser querido desde la inocencia infantil

En el discurso de Doug en el acto familiar de despedida del abuelo Gordie deja claro que "Si para algo de bueno sirve la muerte es para darnos una patada en el culo y decirnos: ama a los que te rodean".

La segunda mitad de la película, una vez planteados los conflictos, nos lleva al contraste de la visión que tienen de la muerte los adultos respecto a la de los niños.

La naturalidad con la que los niños  plantean dar solución frente a la muerte repentina del abuelo choca con los miedos y las prevenciones sociales de los adultos.

Es una película con tintes de comedia negra, pero con diálogos muy agudos, especialmente de los niños hacia sus padres.

Una historia que puede parecer simple pero que incita a interesantes reflexiones como detectar cuando una persona realmente ha muerto o como satisfacer los deseos funerarios de un ser querido.

Una película que nos deja en la memoria una emotiva colección de situaciones y escenas para reflexionar sobre la muerte, el propio funeral y el duelo. Muy recomendable para tratar la muerte con las/los niñ@s.