Pink Moon es una película que muestra el drama familiar cuando un hombre viudo plantea el suicidio voluntario a sus hijos. Una decisión que argumenta por estar cansado de la vida pues goza de perfecta salud y condiciones mentales.

Una película que se adentra en el derecho a elegir la manera de morir, y sin que la persona esté enferma, algo diferente a la eutanasia, prevista para procesos terminales.

Todo empieza de forma sencilla, Jan, un padre viudo de 74 años se dirige a sus dos hijos, Iris veinte tantos años e Iván de casi treinta: "Os quiero, pero tengo algo que deciros y espero que respetéis mi decisión, aunque no os guste. He decidido que mi próximo cumpleaños será el último".

El protagonista expresa sus dos motivaciones, la primera: "porque todavía estoy bien, pero no quiero depender de vosotros ni de los médicos ni de nada parecido; llevo varios años pensando en ello". Y la segunda "porqué amé con locura a vuestra madre y mi vida sin ella no tiene mucho sentido ya".

Jan goza de buena salud y está en perfectas condiciones mentales. Su hijo Iván le cuestiona: "No lo entiendo en absoluto. Estás sano, tienes a Iris, me tienes a mí, no estás en silla de ruedas, haces de canguro todos los martes, tienes nietos, vives en una casa fantástica, eres independiente. ¿Por qué?". Por su parte Iris es más impulsiva y le amenaza: "no entiendo ni quiero entender".

Iván opta por respetar los deseos de su padre y participa en la organización del último cumpleaños (fecha, protocolo, invitados) así como en la venta anticipada de su lujosa casa y muebles. Su hermana, Iris se queja, lucha y busca por todos los medios que su padre reconsidere su decisión.

Explorando la complejidad del libre albedrío

La mayoría de las películas que existen sobre la muerte voluntaria o la eutanasia son siempre como respuesta a la enfermedad terminal o a la degradación de la dignidad vital. Ejemplos de ello son Mayflies (2023), Todo ha ido bien (2022), La decisión (2020), etc.

Pink Moon construye una historia que debate sobre el libre albedrío a partir de una puesta en escena basada en los detalles de la interpretación: las miradas, las reacciones emocionales y las propias vivencias.

De hecho, la muerte voluntaria, tal y como la expresa Jan: "estoy harto de vivir" impacta sobre el espectador ya que nos muestra a un hombre maduro, que vive en una casa preciosa y que es una persona llena de energía y vitalidad (hace deporte a diario, se baña en lagos helados, etc.).

A través del contraste entre la colaboración de su hijo Iván, pragmático y la no aceptación de Iris, emotiva e intimista, la película explora los diferentes aspectos del suicidio voluntario.

La habilidad del guion y la dirección nos adentra en el drama sin enjuiciar la decisión del protagonista y valorando las estrategias casi infantiles de la hija para evitar lo inevitable.

La película es también buen ejemplo también de una relación paterno-filial basada en el amor y la complicidad.

No juzga la elección de Jan, sino que nos muestra de forma lúcida y convincente que la libertad del ser humano también debería incluir la elección sobre el final de vida.

Hasta que tu deseo nos separe

Tal y como lo expresa su directora, Floor van der Meulen, en esta ópera prima: "No quería hacer una película que fuese dura e impactante de principio a fin, pues el tema ya es muy duro y hacía falta ligereza para llevar a cabo la película".

La película surge como reacción a un debate social muy vivo en Holanda en el que el suicidio asistido, cada vez más es apoyado por un grupo numeroso de personas mayores que reclamaban el derecho a elegir su propia manera de morir, según cuenta la propia directora.

Por supuesto, la historia apunta pinceladas de como proceder para que los hijos no puedan ser imputados por asistencia ilícita a un suicida. 

A su vez se detalla alguna de las estrategias para facilitar que todo lo legal esté en orden cuando se llegue al 28 de noviembre (till your whish do us part), fecha del aniversario de Jan y en la que pondrá fin a su vida.

Se puede entender que este film de producción neerlandesa y eslovena no se haya estrenado en los países de tradición católica. En estos, la muerte voluntaria o la eutanasia sólo se plantea cuando se da una enfermedad terminal.

Pink Monn  fue exhibida en el Festival de Cine de Gijón, en Noviembre 2022 y no se estrenó en los cines. Posteriormente, ha podido verse temporalmente entre junio y finales de agosto 2023 en la plataforma Filmin.