Aclaramos que la fuerte carga de nutrientes y energía en la descomposición de todo cadáver impide el crecimiento de la vegetación a su alrededor durante un tiempo. No es recomendable plantar un árbol sobre un cadáver en proceso de descomposición.
La Iglesia católica insiste en que sus filigreses deben evitar la cremación y está prohibido dispersar las cenizas. Sin embargo, aprovechando su poder político presionan al gobierno español para que este obligue depositarlas en cementerios pagando las tasas correspondientes.
Pocas veces imaginamos que el funeral sea una vivencia de despedida. No nos implicamos en el rito al que más atención deberíamos prestar, nuestra partida, aunque cueste de comprender.
Esparcir las cenizas en la tierra, el mar o lanzarlas al viento es en nuestro país una práctica habitual. El problema es el abandono de urnas de metal o plástico en el medio natural.
Esparcir las cenizas mar adentro es un servicio funerario que realizan algunas empresas bajo autorización ya que se consideran un residuo injustificadamente; estas empresas permiten una ceremonia de despedida muy emotiva.
Regresar a la Naturaleza en una nueva vida es el lema de la urna The Trees Remember, un producto funerario que cumple con las más exigentes características para ser considerado interesante para un funeral natural.
La cremación directa permite contratar exclusivamente el servicio para el tratamiento del cuerpo difunto lo cual permite saltarse los protocolos establecidos por el servicio funerario convencional y centrarse en la ceremonia.