Vivir bien Morir bien es una propuesta artística de Nathalie Rey (Saint-Germain-en-Laye, 1976), a modo de revisión de los rituales, creencias y productos relacionados con la muerte del mundo globalizado.
En la muestra, con dos instalaciones y una vídeoperformance de media hora titulada El cuerpo que pasa (2024), la artista invita a repensar nuestra manera de concebir el final de vida .
Esta producción artística busca imaginar nuevas prácticas que nos permitan evadir la industria funeraria y reducir la huella ecológica y, al mismo tiempo restablecer los vínculos entre el ser humano y los ciclos naturales.
'Vivir bien Morir bien', se presenta en el marco del circuito cultural 2025 del Ayuntamiento de Barcelona dentro de las muestras de arte itinerante Barcelona Districte Cultural - Temporals 2025-2026 en la que también se incluye la propuesta del colectivo DU-DA, "De esta carne nacerán flores".
Nathalie Rey es una artista de origen francés afincada entre Barcelona con una amplia formación académica en el campo de las humanidades, la arquitectura, la literatura y las bellas artes.
Inspirada en las restricciones impuestas por el Covid-19 e investigando sobre el duelo y los ritos funerarios, su propuesta artística advierte sobre la deshumanización de los procesos funerarios que acaba provocando una huella emocional profunda.
Su exposición escultórica queda plasmada en dos obras. La primera, titulada El cementerio y el bosque, obra en madera, cartón y papel de 180x161x113 cm, resume esquemáticamente una nueva tendencia en la gestión ecológica de los cementerios en Francia y otros países.
Es la representación de una "rueda" en la que las tumbas son substituidas por la naturaleza, a modo de invitación a imaginar una evolución de las prácticas funerarias hacia visiones más respetuosas. Una invitación de como hay que replantear el espacio memorial para conservar el bosque y la naturaleza.
La segunda titulada Diamonds in the sky es una crítica radical contra los recuerdos funerarios hoy tan insostenibles como crear diamantes con las cenizas de la cremación. Un recuerdo funerario de lujo que en la obra se plasma con la imagen invertida del diamante que se vende como el eterno recordatorio del ser querido.
Ambas obras alertan sobre la acción destructiva del hombre en la era del Antropoceno y critica la idea de búsqueda de una vida eterna antinatural y dañina para el medio ambiente.
La guinda del conjunto de la muestra artística, la pone un cortometraje a modo de live performance cuyo guion rasga, con precisión de bisturí, los tabúes sobre la muerte: desde la progresiva degradación de los cuerpos a lo largo del tiempo vital, hasta la necesidad del enterramiento natural para volver a ser tierra.
En el Estado español, donde las prácticas funerarias están regidas por una ley franquista, desactualizada y restrictiva con respecto a los rituales funerarios, la propuesta artística de Rey es un alegato a favor de implantar alternativas sostenibles.
La artista convierte así su cuerpo, tras ser devorada por el tanatobioma natural que procesa los cadáveres en la naturaleza, en puro bosque.
La vídeoperformance El cuerpo que pasa (2024) se nutre de las ideas del filósofo francés Henri Bergson (1859-1941) quién concibe la vida como una materia orgánica finita en constante transformación.
Vivir Bien Morir bien es un proyecto artístico remarcable por la fuerza creativa que tiene y su capacidad para cuestionar las narrativas culturales que perpetúan el miedo a morir. Un miedo que se traslada en la incapacidad social de cuestionar las prácticas funerarias insostenibles actuales.
Curiosamente, la sociedad española, en más de un sesenta por ciento de su población, ha delegado su ritual de despedida a una aseguradora ya que el franquismo favoreció el miedo de que los funerales son carísimos.
El seguro de decesos y los funerales en menos de 24 horas son una muestra clara de la incapacidad social de asumir que el final de vida debería ser una celebración que merece ser planificada y atendida desde las convicciones profundas de la persona que traspasa.
Muchas españolas no sólo pagan durante toda la vida su funeral, sino que también dejan que una empresa gestione un acto fundamental en toda vida. Rey enfatiza los aspectos significativos para la existencia humana y ambientalmente sostenibles.
La obra de Nathalie Rey Vivir bien Morir bien pone en la diana un dardo mortal que obliga al espectador a reconsiderar sus elecciones sobre que tratamiento post mortem quiere uno dar al cuerpo desnudo sin vida.
La artista propone entregar ritualmente el cuerpo sin vida de nuevo a la naturaleza que hasta el final le dio vida. Un cuerpo desnudo que en la live performance se muestra sin pudor ya que en si mismo es una obra de arte de la naturaleza creadora.
La artista reivindica el enterramiento natural como ritual y proceso imprescindible para integrar la muerte dentro de los ciclos naturales. Su audiovisual cuestiona las tradiciones culturales e insta a la evolución social sobre el proceso de morir.
En el ámbito funerario la muestra incorpora la denuncia implícita que el hormigón que cubre los cementerios españoles debe ser derribado para convertirlos en espacios memoriales y abandonar el modelo de urbanizaciones para albergar cadáveres.
Toda la muestra es una impactante reflexión comprometida sobre la necesaria regeneración órganica de la mortalidad. Sólo así podremos transformar los espacios funerarios actuales en naturaleza en acción, ya sea con el enterramiento natural o con el compostaje sintrófico.